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Santiago: Jueves 26 de septiembre del 2024 | Actualizado 20:12
El brasileño levantó tres veces el trofeo en París.
EFEPARIS.- El brasileño Gustavo Kuerten cayó por 6-3, 6-4 y 6-2 ante el francés Paul-Henri Mathieu, y con esta esperada derrota dio su adiós definitivo a Roland Garros, torneo que ganó en tres ocasiones.
"Es mi vida, mi pasión, mi amor por Roland Garros. Es algo muy grande estar aquí con mi familia, mi entrenador, con todos... Haber ganado aquí tres veces fue algo muy grande", dijo, emocionado antes de abandonar la cancha.
Las tribunas del court central Philippe Chatrier, del complejo parisino del Bois de Boulogne, estaban pobladas de banderas "verdeamarelas" y pancartas dando el adiós profesional de uno de los tenistas preferidos del público parisino.
Kuerten participó en esta edición de "su" Roland Garros gracias a una "wild card" (invitación) de los organizadores.
Su partido ante Mathieu duró 1 hora y 49 minutos y, por momentos, tuvo más las características de un encuentro de exhibición que de una eliminatoria.
El brasileño, que mostró toda su clase intacta, sobre todo con golpes de revés, fue ovacionado por el público en todo momento y, tras finalizar el encuentro, entre lágrimas recibió un trofeo de manos del presidente de la Federación Francesa de Tenis (FFT), Christian Bîmes.
Este partido marcó su despedida como tenista profesional puesto que una rebelde lesión de cadera lo ha mantenido alejado de los courts.
Kuerten, que llegó a París para finalizar la gira de despedida de sus torneos preferidos, ganó Roland Garros, segundo torneo de Grand Slam de la temporada y único sobre polvo de ladrillo, en tres ocasiones: 1997, 2000 y 2001.
El tenista de Florianópolis (Estado de Santa Catarina) había caído al puesto 1.140º de la ATP después de tres temporadas prácticamente sin jugar a causa de una vieja y muy rebelde lesión en la cadera, que prácticamente le ha costado su carrera profesional.
El brasileño, ex número uno mundial, sedujo año tras año al público parisino con su simpatía y encanto personal. Su 'look' poco convencional, un tanto bohemio, más parecido al de un surfista de las playas del sur de Brasil que al de un profesional del circuito, fascinó a todo el mundo.
