Un recorrido por el Tour de Francia con sus propios ojos

SANTIAGO.- El pedaleo es incesante, se sabe. Ya al segundo día el ácido láctico comienza a morder los músculos de los ciclistas. Es que el tour de Francia es una de las pruebas más duras del deporte mundial, una prueba donde la cabeza trabaja con tanta fuerza como las piernas.

El corazón bombea la sangre a mil por hora; al esfuerzo se le suman la añoranza, los sueños y las ansias por terminar la hazaña de cruzar la meta e inscribirse en la historia. La esperanza de un triunfo es el combustible de la máquina humana.

Y mientras los ciclo-hombres siguen avanzando, la sangre les enceguece la vista y no los deja ver otra cosa que su meta. Así, puede que ni siquiera se enteren de los que los enmarca dentro de la pista.

Quizá en los Pirineos no ven más que un monstruo rocoso que los amenaza. Quizá tampoco sean capaces de ver lo dulce de las calles de los pueblitos del interior de Francia. Pero ese es problema es de los ciclo-hombres.

Los que siguen la competencia desde la comodidad de sus casas pueden apreciar, con lujo de detalles, los escenarios que los atletas no pueden. Basta con entrar en google.com/tourdefrance2008. Luego, es posible realizar un recorrido virtual por las localidades francesas que completan Le Tour.