González y Gasquet se despiden tras el triunfo del chileno.
AFPMELBOURNE.- "Mi cuerpo sigue vivo", dijo el chileno tras la maratón tenística que selló su triunfo ante el francés Richard Gasquet y que lo dejó en octavos de final del Abierto de Australia para enfrentar al español y número uno del mundo, Rafael Nadal. "El partido contra Rafa será otra historia, va a ser otra gran batalla", agregó.
González avanzó tras derrotar a Gasquet en una batalla de más de cuatro horas por 3-6, 3-6, 7-6(10), 6-2 y 12-10.
Respecto a lo duro del duelo ante Gasquet, que terminó con bengalas alumbrando la zona chilena en la grada y el humo cubriendo gran parte de la cancha, el francés admitió que "fue un partido enorme, con un ambiente increíble. Yo jugué muy, muy buen tenis, pero él jugó increíble".
El choque González-Gasquet se convirtió en una carrera de resistencia a partir de la tercera manga, después de dos primeras en las que el galo jugó de forma magistral. "No era normal ese nivel. En algún momento tenía que bajar", confidenció el chileno.
González necesitó seis bolas de set en un tie-break de alta tensión para prolongar el partido a un cuarto. En ese momento, el "Chi, chi, chi, le, le, le" tronaba en la Margaret Court y González parecía mucho más entero que su rival, que tuvo que llamar al "trainer" del torneo para que le ayudara a calmar el dolor que le producía una uña rota en el dedo gordo de su pie derecho.
El francés cojeaba por la pista mientras González lo movía de un lado a otro, consciente de que sólo era cuestión de madurar el partido. El cuarto set cayó pronto del lado chileno, que en aquel momento parecía lanzado hacia la victoria.
Sin embargo, Gasquet no estaba dispuesto a rendirse. Apeló al talento, acortó los puntos y defendió su servicio con uñas y dientes. Además, el francés no era el único que sufría. Con 3-2 a su favor, González requirió también la asistencia médica para restañar las heridas de un pie completamente vendado.
Cada juego se convirtió en una batalla y el ambiente en la cancha, la tercera en importancia del Melbourne Park, se acercó en ocasiones más al de Copa Davis que al de un partido del circuito. Con las fuerzas al límite y el partido camino de las cuatro horas, los puntos de break se hicieron muy caros. Quien mejor consiguiera dominar la tensión, sería quien se metería en octavos de final.
Gasquet tuvo una oportunidad en el decimoquinto juego gracias a uno de sus maravillosos reveses, pero luego la dejó escapar. La siguiente no llegó hasta el juego 21, pero González volvió a salvarla con una derecha cruzada imposible de alcanzar. Fue demasiado para Gasquet, al que le costó incluso llegar a la red para dar la mano a su oponente cuando en el siguiente juego, en su segunda pelota de partido, cerró su pase a octavos con un revés paralelo.
El "descanso" de Nadal
Mucho menos desgaste sufrió su rival en la siguiente ronda. Nadal todavía no ha perdido ningún set en lo que va de torneo y hoy apenas estuvo algo más de dos horas sobre el Rod Laver Arena.
"Nadal debería darme las gracias", bromeó Gasquet. Sin embargo, el número uno no se fía: "Ojalá le afecte un partido tan largo, pero no creo. Es un jugador fuerte físicamente y la remontada seguro que le da más moral que quitarle energía".
Nadal ha ganado en cuatro de las siete veces que se ha enfrentado al chileno, pero la última vez que perdió fue precisamente en Australia, en los cuartos de final del torneo de 2007, en el que González disputó y perdió ante el suizo Roger Federer su única final de Gran Slam.
"Estoy muy entusiasmado con el partido ante Nadal", dijo González, que perdió la final de los Juegos Olímpicos ante el español. "Es un partido contra el número uno en un Grand Slam. Es muy importante en mi carrera y no tengo nada que perder".