Superclásico: Colo Colo quiere redimirse y la U sale a consolidar su fútbol

SANTIAGO.- Con el Superclásico de cualquier liga de fútbol llegan muchas cosas. Llegan los recuerdos, llegan las expectativas, los temores, las ansias, la rivalidad palpitando en la carne. Y llegan los lugares comunes y las estadísticas.

Que un clásico es un clásico. Que da igual cómo se llega porque es un partido aparte. Que es el único partido que no se puede perder. Nunca. Siempre es así. Ya es parte del clásico mismo.

La historia dice que la primera vez que Universidad de Chile y Colo Colo se midieron oficialmente, por  un torneo nacional, fue el 7 de agosto de 1938. Los albos ganaron por 6 a 0.

A partir de ese momento, y hasta hoy, se jugaron 148 Superclásicos en campeonatos nacionales (incluídos los torneos cortos: Apertura y Clausura). Sesenta y ocho se tiñeron de blanco y treinta y nueve de azul. Cuarenta y uno terminaron empatados.

Entre esos recuerdos que llegan con los Superclásicos, de seguro, aparece alguno de los lances más recientes o que tuvieron mayor significancia, como ese 4-0 en favor de la U en 2004 (Rivarola, Iturra y Gioíno, por dos) o el agónico 2-1 que decretó el paso de los "Chunchos" a la Copa de Libertadores de 1981. Sí, ese mismo en que abrió la cuenta Sandrino Castec e igualó Severino Vasconcellos; el mismo en que en el minuto 86' Carlos Rivas marró nu penal y minutos más tarde, Arturo Salah decretó la victoria laica.

También, de seguro salta a la primera línea de la memoria la final de 2006. Un julio particularmente frío para la parcialidad del codo Sur del Nacional. La U se había llevado el triunfo en los noventa minutos, obligando a los penales. Iban golpe a golpe desde los doce pasos, hasta que se paró frente a la pelota Mayer Candelo. Corrió, lento, se frenó y la "picó". Bravo volaba sobre su izquierda, pero alcanzó a girar sobre su eje en el aire y manoteó el balón con la derecha. El balón pegó en el palo y no entró. Bravo plástico, felino e ídolo. El colombiano un villano que hizo llorar a los azules.

El capítulo de hoy

Ya está claro, hoy Colo Colo llega con heridas que se hizo en su propia casa, en discusiones con su propia familia. El ambiente del camarín albo está enrarecido, pero sin dudas los once que entren salten al gramado del coliseo ñuñoíno querrán sepultar sus penas venciendo a la U. Para los albos, el Superclásico puede ser un momento perfecto para comenzar su recuperación. O para terminar la agonía de un ciclo de jugadores.

En la otra esquina, los azules se ven más sólidos, al menos en los grupal, pero vienen de perder como local por la Copa Libertadores y están con un pie fuera del certamen continental. El Apertura asoma como el gran objetivo de Markarián y ganar a Colo Colo es fundamental en lo anímico y también para no perderle pisada a Unión Española, si se quiere llegar a la Sudamericana.

Un ingrediente más para el morbo entre azules y albos. Si Universidad de Chile derrota esta tarde a Colo Colo y Cobresal suma, el "Cacique" quedará en el fondo de la tabla junto a Rangers, sólo sobre Palestino.