No lo puede creer. El suizo acalló todas las voces que hablaban sobre un descenso en su tenis.
ReutersPARIS.- Roger Federer, siempre haciendo gala de su estilo elegante y de su fair-play dentro y fuera de la pista, escribió su nombre en la historia del tenis al coronarse por fin este domingo en Roland Garros, el único de los cuatro torneos de Grand Slam que aún se le resistía.
El suizo igualó el récord de 14 torneos 'grandes' del estadounidense Pete Sampras y respondió a quienes hablaban del comienzo de su declive ganando en la final al sueco Robin Soderling en tres sets 6-1, 7-6 (7/1) y 6-4, después de un último año y medio difícil, con una victoria en tierra batida.
A sus 27 años, después de haber dominado el circuito durante cuatro años y medio, Federer entraba en la leyenda como uno de los mejores tenistas de la historia al alzar la Copa de los Mosqueteros, de la que le había privado el español Rafael Nadal los últimos años.
El mismo Nadal que, después de la mononucleosis que arruinó su comienzo de 2008, le barrió de la pista en la final de Roland Garros, le destronó en su jardín de Wimbledon y le arrebató el número uno mundial después de los Juegos Olímpicos de Pekín-2008.
Unos momentos amargos que no habían terminado de hundirle porque luego se inclinó ante el mallorquín en la final del Open de Australia, sin poder contener las lágrimas de frustración.
Algunos vieron en ese llanto desesperado la señal de alerta de que había terminado la época dorada del suizo. Pero el de Basilea, como el gran campeón que es, no se rindió nunca ante su particular bestia negra y justo antes de su cita en la tierra batida parisina, le ganó la final del Masters 1000 de Madrid, antes de imponerse en París ante el verdugo de Nadal en octavos de final, el sueco Robin Soderling.
Sin duda habría preferido cumplir su sueño de ganar la final a Nadal pero, sea como fuere, el eterno favorito del público de Roland Garros sumó su 14º 'grande' y emuló a Andre Agassi, Fred Perry, Don Budge, Rod Laver y Roy Emerson al completar el Grand Slam jugando casi en casa.
Se lo merecía, decían muchos. Es el 59º trofeo que levantaba Federer en su carrera, tras haber disputado su 20ª semifinal consecutiva y su 19ª final de Grand Slam, igualando el récord de Ivan Lendl.
Ganador de tres Open de Australia, cinco Wimbledon y cinco US Open, Federer fue durante más de 200 semanas número uno mundial, algo que siempre ha confirmado dentro y fuera de la pista.
Pronto será padre, después casarse con Mirka , su mano derecha desde que se retiró por lesión en 2002. "Puede que ser padre sea mi mayor victoria. Pero ya no volveré a oír que nunca he ganado Roland Garros", decía tras coronarse el domingo. Mirka "siempre estuvo ahí, le debo mucho", decía de su esposa. Y el tenis le debe mucho a él.