LIMOGES (Francia).- La décima etapa del Tour de France se cumplió este martes tal como había ordenado la UCI (Unión Ciclista Internacional), con la prohibición para los equipos de utilizar los sistemas de radio para comunicarse con los corredores.
La UCI cortó todo intento de rebeldía de los equipos, opuestos en su mayoría a la prohibición, y amenazó con sancionar a aquellos que hicieran caso omiso de las órdenes.
La UCI había advertido poco antes de iniciarse la etapa entre Limoges e Issoudun que incluso iba a expulsar del Tour a los equipos que utilizaran hoy los intercomunicadores.
"No me molestaría en absoluto convocar a cada ciclista a que se presente desnudo para comprobar si va munido de un equipo de radio o no", declaró el comisario de la UCI, Martin Bruin, poco antes de la partida.
La mayoría de los equipos defiende los equipos de transmisión, pero la UCI ni siquiera respondió un petitorio firmado por los ciclistas en protesta por la decisión.
El español Alberto Contador, segundo en la clasificación general antes de la etapa de hoy, defendió las radios. "Nos da más seguridad, no creo que el espectáculo sufra. El de hoy es un experimento con el que no estoy demasiado de acuerdo".
La UCI tampoco aceptó una fórmula de compromiso ofrecida por los equipos, para que la utilización de los intercomunicadores se limitara hoy a sólo dos ciclistas. La medida se repetirá el viernes, cuando se dispute la etapa 13.