ANNECY.- Greg Lemond, el primer ciclista estadounidense que ganó el Tour de Francia, pide a Alberto Contador que demuestre que no se dopa, tras mostrar sus dudas por la velocidad con la que el madrileño ascendió el pasado domingo.
"Nunca un corredor del Tour ascendió tan rápido", asegura el vencedor de la ronda gala en 1986, 1989 y 1990 en la columna diaria que firma en el vespertino francés "Le Monde".
El ex ciclista se pregunta: "¿Un corredor con agua del grifo puede lograr la velocidad de ascensión y la potencia producida en Verbier?".
Basándose en las ecuaciones establecidas por el ex doctor del Festina Antoine Vayer, Lemond señala que Contador "estableció un récord de velocidad" en su ascenso a la cima suiza, de 8,5 kilómetros al 7,5 por ciento de pendiente media y que completó en 20 minutos y 55 segundos.
Esos datos obligan, según las tablas del ex doctor, a consumir 99,5 mililitros de oxígeno por minuto y kilo (VO2 max), "una cifra nunca alcanzada por un atleta en ningún deporte", según Lemond.
"Alberto Contador sería el primer ser humano en lograr subir a ese nivel de rendimiento", señala el ex ciclista, que considera que eso obliga al corredor madrileño a "probar que es físicamente capaz de lograr esa proeza sin recurrir a productos que mejoren su rendimiento".
"Con motivo de la historia reciente de nuestro deporte, la duda es de rigor", añade Lemond, que pide a Contador que revele su verdadero VO2 max, para "explicar este resultado que le convierte en el escalador más rápido de la historia del Tour".
El ex ciclista estadounidense asegura desconocer "los valores (fisiológicos) de Contador y las condiciones meteorológicas de la etapa de Verbier", por lo que no hace "ningún juicio de valor".
Pero recuerda que cuando se juzgó el caso Festina, los ciclistas que confesaron que se dopaban habían elevado de forma impresionante su capacidad de consumo de oxígeno por minuto y kilo.
Lemond considera que se deberían utilizar los métodos de Vayer para tratar de detectar a los tramposos y asegura que, en caso de haberse tenido en cuenta antes, "se habrían podido constatar el uso intensivo de EPO y las transfusiones sanguíneas en el pelotón antes de que estas prácticas no estuvieran tan profundamente incrustadas" en el ciclismo.
"Por eso sigo con dudas frente a toda demostración que parezca demasiado buena para ser cierta", finaliza Lemond.