Ducasse es el actual campeón chileno de la especialidad y en el Sudamericano 2009, que entregaba boletos para el Mundial, fue quinto.
El Mercurio.SANTIAGO.- En un destacado 17º lugar, entre 211 deportistas de 48 países, finalizó el velerista chileno Francisco Ducasse, en el Campeonato Mundial de Veleros Clase Optimist, que se disputó en el Club Naval Charitas de Niterói, Brasil.
Pese a que en la primera regata del torneo fue penalizado por partida adelantada, lo que le significó 73 puntos en contra, el timonel del Club de Yates Algarrobo y alumno del colegio Everest supo reponerse y en las siguientes once pruebas no bajó del 43º lugar. De hecho, se ubicó seis veces entre los Top 9 de la numerosa flota y en la jornada de clausura fue 7º, 13º y 4º, totalizando 122 puntos negativos.
Además de su destacada ubicación final, que lo situó como el cuarto representante sudamericano en el certamen, Ducasse tiene como mérito adicional el contar sólo con doce años, en una categoría en la que se puede competir hasta cumplir los quince y donde la mayoría de sus rivales más cercanos lo superaba tanto en edad como en peso corporal, fundamental para controlar la embarcación.
El segundo mejor chileno en competencia fue Mathias Robertson, de 14 años, quien pese a haber sufrido también una penalización por partida adelantada finalizó 20º y se dio el lujo de alzarse como ganador de la penúltima regata.
En tanto, Rodrigo Ducasse, de 14 años, se ubicó 162º; y Sofía Grez, de 13 años, fue 169º en la tabla general y 29ª entre las damas. Finalmente, Vicente Jiménez, de 12 años, clasificó 184º.
Los seleccionados chilenos, todos timoneles del Club de Yates Algarrobo, estuvieron acompañados por el entrenador de origen argentino Cristián Noé y el team leader Guido Morlachetti.
El título mundial quedó en manos del peruano Sinclair Jones, con 38 puntos negativos, seguido por el malayo Mohamad Faizal Norizan, con 46; y el argentino Ignacio Rogala, con 51.
El Optimist es un velero monoplaza (un solo tripulante), de gran reputación en todo el orbe y reconocido mundialmente como barco de iniciación a la navegación a vela.
Es un barco pequeño, con una sola vela, fácil de transportar (por ejemplo, sobre el techo de un auto) y simple de maniobrar. Los menores pueden participar de la especialidad hasta cumplir los 15 años; mide 2,31 mt. de eslora (largo), 1,13 mt. de manga (ancho) y pesa 35 kilos. Puede ser construido en fibra de vidrio o madera y cuenta con una superficie vélica de 3,50 m².