SANTIAGO.- Esta mañana Enrique Urrutia, jefe comercial del Universidad Católica llegó hasta la Intendencia Metropolitana para definir las medidas de seguridad que se implementarán en el duelo ante Colo Colo, que se realizara el domingo 30 de agosto (16:00 horas) en el Estadio Nacional.
Lo primero, fue fijar la cantidad de entradas disponibles. Como el recinto de Ñuñoa está en reparaciones su capacidad actual es de 38 mil asientos y como el pleito entre albos y cruzados fue declarado de alta convocatoria se decidió vender 30 mil boletos para dicho lance.
Lo más llamativo es que la barra de Colo Colo utilizará la galería sur donde habitualmente se ubica la barra de Universidad de Chile. La parcialidad estudiantil estará en Tribuna Andes y la venta de entradas comienza a partir de este miércoles.
Entre los jugadores el sentimiento era un tanto ambiguo porque ellos querían ser locales en San Carlos de Apoquindo, aunque tampoco les desagrada la cancha de Ñuñoa.
Así, por ejemplo, lo expresó el arquero Paulo Garcés quien señaló que "tampoco nos alejamos tanto pensando que en algún momento se habló de jugar en Coquimbo o en Temuco. Lo que sí lamentamos es que la posibilidad de jugar en San Carlos era cierta y no resultó por los incidentes del último domingo ante Huachipato. Ojala que la persona que inició la pelea no vuelva nunca más a un estadio".
De paso, el meta cruzado se refirió a la idea de Cristopher Toselli de volver al arco de la UC para los palyoffs. "No hablé el tema personalmente con él, pero lo primero es que se recupere bien y después el ‘profe’ (Marcos Antonio Figueroa) definirá. Yo esperé mi opción, luché once años por ser titular y recién ahora estoy jugando", remató.