BARCELONA.- El director general corporativo del Barcelona, Joan Oliver i Fontanet, reconoció que en marzo pasado puso en marcha una "auditoría de seguridad" para "proteger" a cuatro vicepresidentes del club, después de que uno de ellos, Joan Franquesa, tuviera indicios de que estaba siendo seguido.
Oliver ha comparecido ante los medios de comunicación en el Camp Nou después de que 'El Periódico de Catalunya' publicase este jueves que cuatro de los cinco vicepresidentes del club (Joan Boix, Joan Franquesa, Rafael Yuste y Jaume Ferrer) habían sido espiados por la propia entidad.
El máximo ejecutivo económico del Barcelona subrayó que el club catalán en ningún caso "espió" a los vicepresidentes, sino que se trató de una "auditoría de seguridad" que él entiende que es de uso habitual, aunque declinó aclarar si este procedimiento se ha realizado en anteriores ocasiones.
El costo de es auditoría de seguridad fue de 56.000 euros, "un 1% del presupuesto de seguridad del club, que se cifra en 4 millones de euros", aclaró Oliver, quien explicó: "Con esta auditoría se verifican las informaciones que hay en los registros y en los lugares públicos sobre esta persona y se pregunta en determinados ambientes si hay informaciones relevantes sobre ella. No se hace un seguimiento a la persona ni se intervienen teléfonos ni correo".