SAN PABLO.- Fue adorado, cayó en el olvido porque el éxito no llegaba y ahora es vitoreado como triunfal campeón del mundo de Fórmula 1: tras una trayectoria de subidas y bajadas, el británico Jenson Button ha hecho realidad en su décimo intento aquello para lo que parecía destinado.
El piloto de sonrisa encantadora y predilección por las mujeres de belleza espectacular no tenía trabajo hasta poco antes del inicio de la temporada, pero hoy en el Gran Premio de Brasil, el número 169 de su carrera, se coronó como campeón sucediendo a su compatriota Lewis Hamilton.
"De niño ya era fan de la Fórmula 1. Estar aquí es un honor y una gran fortuna", dijo entusiasmado el piloto de Brawn GP.
Gracias a una grandiosa primera parte de la temporada con seis triunfos en siete carreras, Button ató con antelación el gran triunfo de su cambiante trayectoria en la Fórmula 1.
Su mala segunda parte de la campaña -su último triunfo fue a principios de junio en Turquía- resta brillo a un título por el que no peleó con los "grandes" de la parrilla, Ferrari y McLaren- Mercedes.
Pero Button valora sus reservas tácticas. "Eso es lo que hace un campeón. Se trata de jugar con todas las diferentes posibilidades: ganar carreras cuando uno tiene que hacerlo y sacar lo mejor en cada situación. Exactamente eso es lo que he hecho", rechazó Button.
El piloto de cabellera rubia está acostumbrado a la crítica, pese a que al comienzo de su carrera era admirado y querido por todos en Inglaterra, donde le veían como el gran campeón que llevaban tanto tiempo esperando.
Tras debutar en la Fórmula 1 en 2000 con Williams, la presencia en los titulares no fue fruto de sus resultados al volante. La Federación Internacional del Automóvil tuvo que aclarar en 2005 que su contrato con BAR era válido aún, y su regreso a Williams-BMW se aplazó. En 2006, sin embargo, no quiso dejar BAR y compró su libertad a Williams por una suma millonaria.
Tercero en el Mundial de 2004 y un triunfo en un Gran Premio de 2006, ya a los mandos de un Honda, eran un balance escaso para Button, que cayó en la sombra en su país sobre todo tras la aparición de Hamilton, subcampeón y campeón del mundo en sus dos primeras temporadas con McLaren.
Tras la salida de Honda de la Fórmula 1 en diciembre de 2008, la caída de Button parecía haber tocado ya fondo. "Fue un momento oscuro", admite el piloto de 29 años, que quedó contagiado del virus de la velocidad cuando se subió a un kart a los ocho años.
En marzo, poco antes del inicio de temporada en Australia, Ross Brawn, jefe del equipo, se hizo cargo de la escudería. Button iba a seguir una temporada más y como ya demostró en los últimos tests de pretemporada, no iba a ser un año cualquiera.
Finalmente Button dispuso del coche que necesitaba para suceder a Hamilton como campeón y para ser el décimo británico en ponerse la corona.