SANTIAGO.- A ratos mostrando un buen nivel de juego, el Real Madrid empató 1-1 ante Milan en San Siro y dejó a Manuel Pellegrini con una sonrisa tibia, que no lo saca de las críticas, especialmente en Madrid.
Con el empate, el equipo merengue mantuvo la punta del Grupo C en la Liga de Campeones con siete unidades, las mismas de Milan, pero que suma menos diferencia de gol.
De entrada se proyectó un buen partido, con mucho ritmo y donde el Madrid buscó controlar el juego y profundizar luego de toques seguros en mediocampo, muy a lo Pellegrini (quien dejó en el banco, otra vez, a Raúl).
La fórmula funcionó ya que así se generaron un gol, pero al frente el Milán de Leonardo asomaba más incisivo, más directo, creando mucho peligro en el contragolpe.
Los locales también gestaron un penal que terminó en gol y se anotaron como un cuadro de nivel, lo que hizo del partido una contienda cerrada pero entretenida.
Kaká fue el hombre orquesta que lideró los ataques merengues. A los 28', festejó Pellegrini luego de una notable jugada del brasileño. De lejos, Kaká sacó un disparo letal, donde Dida hizo lo que pudo, dio rebote y ahí apareció el francés Benzema.
Karim definió con poco ángulo pero a pura clase y decisión, al segundo palo. Gol del Real Madrid que daba un paso más para zafar de la palabras crisis.
Pero ya está dicho que al frente los rossoneros respondían con fuerza. A los 33' el juez alemán Felix Brych decretó un claro penal a favor del Milan. Pepe se barrió con la mano arriba y con ella desvió el balón.
Al minuto siguiente, Ronaldinho marcó desde los doce pasos con un lanzamiento fuerte, al centro, media altura. Casillas se había lanzado a una orilla.
El gaúcho fue el antídoto de Kaká, ayudado también por el incisivo Alexandre Pato, que dejó mareado a Álvaro Arbeloa. A los 36' le anularon un gol a Pato. Había ganado la posición a su marcador, acomodó el balón al parecer con la mano y luego liquidó excelente. Quedó la duda.
En el segundo tiempo Milan tomó más el balón y fue el Madrid quien se forzó en recuperarlo. Andrea Pirlo subió su nivel y ordenó un equipo local de respeto. El conjunto de Pellegrini tuvo un par de errores, pero mostró a momentos un juego para algunos aplausos.
Entró Raúl y Ruud Van Nistelrooy, renovando el ataque pero, salvo un tiro notable del español, que sacó con una mano Dida (89'), el encuentro siguió parejo.
Con todo, el 1-1 y cómo se dio el partido le permite a Pellegrini sonreir pero sin carcajadas. Su equipo sigue en la punta de la Champions pero no gana ni muestra el fútbol total que le piden en España.