MILAN.- El argentino Diego Milito y el holandés Wesley Sneijder rescataron al Inter Milán cuando temía lo peor tenía en Kiev y le dieron un triunfo por 2-1 con dos goles en los últimos minutos, con lo que el conjunto de Jose Mourinho llegará el próximo partido al Nou Camp como líder de un más que interesante grupo F.
El Dinamo Kiev rozó la gloria gracias al tanto de Andrei Shevchenko, que podía haber dado un golpe de gracia a su ex eterno rival de su época en el AC Milán, pero el equipo italiano hizo gala de un gran espíritu para, en los compases finales, revertir el marcador y depender de sí mismo para estar en los octavos.
Los hombres de Valeri Gazzaev supieron jugar sus cartas amparados en el gol de Shevchenko antes de la media hora con un disparo desde fuera del área que tras rozar en el argentino Esteban Cambiasso superó por alto al meta brasileño Julio Cesar.
Era lo que mejor le venía al Dinamo Kiev, adelantarse y esperar a la contra para aprovechar su profundidad, y todo un castigo para un Inter que no acababa de hacerse con el mando y de crear peligro.
Mourinho cambió peones en el intermedio. Introdujo al ex barcelonista Thiago Motta en lugar de Cambiasso y a Balotelli por el zaguero rumano Christian Chivu. Y el Inter mejoró notablemente a la par que el Dinamo Kiev fue reculando. Balotelli le dio más fluidez y movilidad al conjunto italiano que fue acumulando ocasiones principalmente en acciones a balón parado botadas por Sneijder, clave en su regreso al equipo, aunque Ninkovic también pudo sentenciar (61'), pero su disparo salió ligeramente desviado.
Mourinho se la jugó y decidió, a los 79 minutos, dejar a su equipo con tres defensas, al retirar al argentino Walter Samuel y dar entrada al ghanés Sulley Muntari. Atrás habían quedado las ocasiones malogradas por Samuel, el camerunés Samuel Eto'o y Balotelli. Era el todo o la nada.
Y le salió todo cuando Sneijder enganchó con el argentino Diego Milito dentro del área y este no falló.Acto seguido, con el Dinamo en estado de 'shock', llegó la culminación de la remontada en una larga acción con rebotes y despejes que culminó Sneijder con todo el corazón para adelantarse a la zaga ucraniana después de que el meta hubiera sacado un remate casi sin ángulo de Milito.
Fue el premio a la constancia del Inter en el segundo periodo, al arrojo de un Mourinho que se veía prácticamente fuera de la Liga de Campeones, y un castigo para un Dinamo de Kiev que fue de más a menos y que tras soñar con la gloria salió hundido.