Por el suelo quedó la U tras caer ante Fluminense y despedirse de todo torneo por lo que queda de año.
AFP
SANTIAGO.- El fin de semana pasado la U quedó fuera de los playoffs del torneo de Clausura. O sea se despedía del campeonato local.
El único manotazo que le quedaba por tirar era la copa Sudamericana, donde tenían la primera opción para avanzar a la semifinal, tras el empate 2-2 de la ida.
Pero Fluminense terminó por enterrar la magra campaña de los azules en la segunda parte del año, bajo el mando de José Horacio Basualdo. El cuadro brasileño venció por la mínima a los laicos dejándola fuera de todo torneo por lo menos de aquí a fin de 2009.
Fred anotó a los 60' el único tanto del partido; De cabeza le ganó a los centrales azules y la clavó en el arco de Pinto.
Fue la lápida para una Universidad de Chile que tuvo un bajo nivel de juego este jueves en Plaza Chacabuco. Sólo un par de ocasiones se anotan en la libreta del equipo universitario, y son más por arremetidas personales que por buen juego.
La U no se atrevió, le faltó protagonismo y cuando intentó reaccionar tras el gol fue demasiado tarde, le faltaron piernas y por sobre todo, ideas. Muy tibio lo del actual campeón del fútbol chileno para estar jugándose una semifinal de un torneo internacional.
El público terminó pidiéndole la renuncia a José Horacio Basualdo que con lágrimas en los ojos demoró un par de minutos en salir de la cancha. Le costó absorber la derrota y la furia de los hinchas que se fueron encima del DT, hasta incluso en camarines.
¿Crisis? La palabra ronda siempre los camarines que no ganan. Claramente dará vueltas por el Caracol Azul, porque a los dirigentes les cuesta entender que el mismo equipo que hace cuatro meses era campeón, hoy esté sin camino a alguna copa.
Y ahí se vienen las críticas para Basualdo que con el mismo equipo de Sergio Markarián no pudo sacar adelante el semestre. Más aún, cercanos al camarín azul hablan de un quiebre al interior.
Basualdo quiere seguir, pero la presión a partir de hoy será casi insostenible. Siempre son los resultados los que mandan. Y Fluminense le puso la última palada de tierra a las esperanzas azules.