PARIS.- El ex mediocampista de la selección de fútbol francesa Zinedine Zidane está feliz de haber sido expulsado por su cabezazo en la final del Mundial del 2006 porque no ha tenido que vivir con el arrepentimiento de haber escapado a una sanción.
Zidane recibió una tarjeta roja por golpear con un cabezazo al defensor italiano Marco Materazzi en la final del 2006, el último partido de su carrera, que Italia ganó 5-3 en la tanda de penales después de un empate 1-1.
"Eso (la expulsión) fue algo muy bueno", dijo el ex conductor de juego del Real Madrid y la Juventus a la revista France Football en una entrevista publicada este martes.
"Es bueno que (el portero italiano Gianluigi) Buffon señalara lo que yo había hecho al árbitro porque no fue amable. No sé cómo podría haber vivido con eso si Francia se hubiese convertido en campeón del mundo y yo me hubiese quedado en la cancha", añadió.
Zidane, quien ayudó a Francia a ganar la Copa del Mundo en 1998, creyó que hubo una reacción exagerada por el incidente en el que Thierry Henry acomodó el balón con la mano ayudando así a que Francia derrotara a Irlanda en noviembre y se asegurara un lugar en el Mundial del 2010.
"Muchas personas fuera del fútbol se involucraron, la gente que te ama cuando levantas trofeos y te decepcionan cuando las cosas andan mal. Estoy seguro de que Henry no está orgulloso de su acción", afirmó.