Una imagen: Puch luchando solo contra dos defensores...
EFE
SANTIAGO.- La campaña de la U en la Copa Libertadores fue para aplaudirla. Hace rato que un equipo chileno no llegaba tan alto en un torneo internacional.
Pero dejó una deuda con sus hinchas: De local nunca logró plasmar el buen juego. Sus mejores resultados fueron de visita. Como foráneo cimentó el paso a semifinales del torneo continental.
¿Por qué le costó tanto como local? Porque el esquema de Pelusso era perfecto para ir de contra, esperar al rival y matarlo de vuelta. Con una sólida defensa, más un mediocampo comprometido con la marca se armaba un equipo muy compacto. Y arriba tenía a Juan Manuel Olivera que siempre aparecía.
Pero ese esquema era poco proactivo. Por eso en casa le costó y logró zafar de un par de llaves con lo justo, incluso perdiendo en Chile.
Pues bien, lo mismo le ocurrió al equipo de Pelusso en la Sudamericana. Ahora no contó con la garantía de comenzar la llave como visita, donde sacaba el resultado y después sólo debía amarrar como anfitrión. Ante Oriente Petrolero partió al revés, como local, y lo sufrió.
En ambos partidos, en Rancagua y en Santa Cruz debió ser el protagonista y no consiguió el objetivo. A esto se suma que el estandarte defensivo de los azules, Mauricio Victorino no está pasando por el mejor momento desde que está en el Caracol. Algunos dirán que le falta la compañía del lesionado Rafael Olarra.
El tema es que incluso a la U le está costando ganar en Chile también, a pesar de que puede quedar puntero. En el último duelo del torneo nacional recién al final del partido pudo amarrar el triunfo ante Wanderers, como local.
Tampoco debe pasar por alto un problema no menor para los laicos. La falta de estadio. No se han acostumbrado a jugar en una misma cancha y eso se siente a la hora de ser anfitrión. Pero el problema del protagonismo va más allá, porque en campos de juego foráneos igual consiguió resultados óptimos. O sea no es problema el no sentirse locales...
