Roberto Carlos quema sus últimos cartuchos en el Corinthians.
ReutersSANTIAGO.- Cuando se escucha el nombre de Roberto Carlos, lo primero que se viene a la cabeza son sus impresionantes tiros libres: esos que salían luego de una gran carrera que empezaba con pasos cortitos y terminaba con un remate con borde externo que hacía doblar la pelota como si ésta fuera manejada con control remoto.
En la retina de todos está el tiro libre que le marcó a Francia (donde el portero Fabien Barthez es el principal testigo) o el gol que hizo en el Real Madrid al rematar desde una posición donde no había ni un gramo de ángulo.
Ahora, con 37 años y culminando su carrera en el Corinthians, volvió a hacer una de las suyas. Anotó el segundo tanto con que el "Timao" venció a Portuguesa por 2-0 en el inicio del campeonato Paulista.
El defensor aprovechó una distracción del arquero Weverton, que estaba organizando su defensa, para rematar sin siquiera pensarlo, (obvio) a tres dedos, desde el córner izquierdo al segundo palo. A celebrar.
"Ese fue el primer gol olímpico de mi carrera. Tardó bastante en llegar", dijo Roberto Carlos mientras su compañero de la vida Ronaldo besaba su calva cabeza.
El mediocampista Paulinho había abierto el marcador a los 12 minutos. Ronaldo, que el año pasado luchó con varias lesiones que hicieron que jugara menos de la mitad de los partidos de Corinthians, es ahora el capitán del equipo y jugó hasta los minutos finales, alentando buenas expectativas para la actual temporada. El Fenomeno también vuelve a deslumbrar a ratos.