Rubio ya celebró sus dos primeros goles con la camiseta alba.
UPISANTIAGO.- La filosofía de los Rubio queda clara cuando Hugo, el jefe del clan y ex jugador, cuenta que en los partidos de fútbol que juegan en el patio de la casa nadie quiere ser arquero. "La obligación es ser delantero, protagonista. Nunca espectador", dice con orgullo.
Y no se queda con eso. Además relata algo que demuestra la tenacidad de la familia por llegar alto: "Tenemos preparadores físicos externos que nos potencian, para nosotros el fútbol es una religión".
Por ahora eso ha resultado a la perfección. Sus tres hijos se convirtieron en futbolistas y su principal misión dentro de la cancha es hacer goles. El último en aparecer se llama Diego y a diferencia de sus dos hermanos, Eduardo y Matías, su debut no fue en Universidad Católica .
En el marco de la "Noche Hispana" el atacante de 17 años se despachó con dos de los tres goles con los que Colo Colo derrotó a la Unión. Y demostró que es el Rubio más amigado con el área. En el primer tanto eludió con frialdad a Rainer Wirth; en el segundo aprovechó, con oportunismo, un balón suelto para meter la cabeza y celebrar.
"El Diego siempre fue goleador, desde las juveniles; esa es su principal característica y ayer lo demostró. También ha crecido mucho físicamente, ayer debe haber sido el que más corrió. Tiene mucho temperamento también. Es un jugador que no tiene techo", dice a Emol Hugo, describiendo a su hijo.
"La UC lo tuvo un año y medio sin jugar"
Cuando a los 60 minutos Diego puso el 2-1 a favor de los albos su alegría era total. Salió corriendo y besó cuantas veces pudo el escudo del Cacique. "Desde los 7 años que quiere jugar en Colo Colo, es el más colocolino de todos", cuenta su padre.
Pero antes de llegar al Monumental, el novel delantero siguió los pasos de sus hermanos mayores e hizo gran parte de las inferiores en la UC. Ahí fue capitán y goleador de las series menores hasta que a los 14 años tomó una importante decisión: irse al club de sus amores. Pero no le salió ni fácil ni barato.
"Al igual que ocurre en Europa, uno lleva al hijo al club que quedaba más cerca, por salud mental y eso pasaba con Católica. Pero cuando Borghi estaba en Colo Colo, Diego quiso irse para allá, pero le pusieron demasiadas trabas", narra Hugo.
Resulta que al ser un referente de las series menores, la UC no quiso soltarlo y empezó una pugna que le costó al en ese entonces niño estar un año y medio sin jugar. Su papá recuerda con algo de angustia ese oscuro momento.
"Por ahí uno puede entender la postura por el lado de que Diego era un gran valor, pero lo que no se entiende es cómo pueden dejar a un chico de 14 años sin jugar tanto tiempo, y más Católica que pregona de su espíritu deportivo", dice el ex seleccionado chileno.
"Ellos no tuvieron una actitud muy decente. Al final tuvimos que contratar abogados y luego de un año y medio logramos llegar a un acuerdo para que lo liberaran", añade.
A pelear con Paredes y Miralles
– Gracias profe por la oportunidad que me dio.
– Yo no te di ninguna oportunidad, tú te la ganaste.
Ese pequeño diálogo lo mantuvieron después del partido Rubio y el DT albo Diego Cagna tras el duelo de ayer en el Santa Laura. Y es que al argentino le bastó mirar al joven dos entrenamientos para ascenderlo al primer equipo. Ahí tendrá dura pelea por ser titular. En principio sus contendores serán Esteban Paredes y Ezequiel Miralles. A su papá eso no le complica.
"En el fútbol no hay ni grandes ni chicos. Lo importante es tener caracter para imponerte como persona y cuando lo logras ser humilde en el éxito. Eso es lo que tiene que hacer Diego", relata Hugo Rubio.