PARÍS.- Con la sanción de sólo un año a Alberto Contador, la Real Federación Española de Ciclismo (RFEC) parece apoyar la tesis de la carne contaminada que dio el español para explicar el positivo por clembuterol en el Tour-2010, pero podría ser rebatida por el Tribunal Arbitral del Deporte.
Obligada a acatar el código mundial contra el dopaje, la federación española tenía tres posibilidades. La primera era pronunciar una sanción de dos años, la que suele ser habitual en un caso de clembuterol.
La segunda, exculpar al tres veces ganador del Tour, al considerar que probó su inocencia. La tercera opción era considerar que no había "falta o negligencia significativa", según los términos del código, y reducir la sanción a un año, la opción que finalmente se tomó.
Ahora esta decisión podría ser rebatida por el TAS, que en casos similares no dio el visto bueno a las decisiones contra el dopaje de las federaciones nacionales. La federación española ya fue además criticada en el pasado por las autoridades internacionales contra el dopaje, que la consideran demasiado clemente con sus ciclistas, como en el caso del ciclista Alejandro Valverde, en que la RFEC decidió decidió finalmente enterrar el caso.
Pero esta vez el caso es más complejo. Los restos de clembuterol detectados en la orina de Contador el pasado 21 de julio eran tan ínfimos que podrían haber escapado a un control si éste no se hubiera llevado a cabo en Colonia (Alemania).
De mutuo acuerdo, la Unión Ciclista Internacional (UCI) y la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) decidieron entonces llevar a cabo "investigaciones complementarias" antes de pedir oficialmente a España que sancionar a Contador.
Según el ciclista, la presencia del clembuterol se explica por haber comido una carne contaminada, una tesis en la que pocos expertos creen.
Otro de las pistas del caso la abrió la cadena alemana ARD, que habló de una concentración anormal de residuos plásticos, en lo que podrían ser restos de una transfusión sanguínea.
