Carrasco dejó hecho un nudo al venezolano Clavijo.
AFP
SANTIAGO.- En 2003 Jorge Valdano firmaba en Chile un acuerdo para instalar en La Florida escuelas de fútbol y básquetbol patrocinadas por el Real Madrid para niños en riesgo social. En ese entonces Bryan Carrasco tenía doce años y, de seguro, no pasaba el metro y medio de estatura.
El próximo lunes el futbolista de Audax Italiano cumplirá los veinte. Algo creció. Ahora, mide 1,71 metros y pesa 67 kilos. Ese mismo día, vistiendo la camiseta de la selección chilena, saldrá al Monumental de Arequipa para disputar el primer parido del hexagonal final del
Sudamericano Sub 20.
Entre ese lejano 2003 y el futuro inmediato hay ocho años de historia, que principalmente transcurren entre la población José María Caro y el ahora llamado estadio Bicentenario de La Florida.
"Llegué al club cuando estaba en la escuela del Real Madrid de La Florida. En ese lugar me tocó varias veces enfrentar a la Sub 15 de Audax Italiano. Por ese entonces ya le había echado el ojo a la cancha sintética de la Florida que era muy pareja y muy distinta de las canchas en donde yo jugaba", contó en su momento al sitio oficial de los itálicos.
Es que Carrasco no se crío de niño en un equipo profesional. Y eso se nota en la cancha. Eso lo han sentido los laterales izquierdos que le tocó enfrentar en el torneo continental. Carrasco tiene barrio. La pisa, encara, amaga. Deja en ridículo a los rivales aunque le saquen dos cabezas (pregúntenle al pobre venezolano Jackson Clavijo). Pero él no se quedó con eso y aprendió mucho en La Florida.
"Tengo mucha resistencia física. Me gusta estar permanentemente en movimiento en el partido. Me gusta marcar la diferencia pasando al ataque y crear sorpresa", explica el "petiso".
Con Audax debutó como lateral, reemplazando a uno de sus ídolos, a Boris Rieloff. Ahí jugó desde su esterno contra Huachipato el 18 de septiembre del 2009. Hasta ahora. En la selección, César Vaccia lo devolvió a la posición que ocupaba cuando ocupaba la camiseta del Madrid: delantero, o más bien un sólido puntero derecho.
A Carrasco le quedan cinco partidos en Perú. Él tiene claro, que además de intentar la clasificación al Mundial y a los Juegos Olímpicos, ahí deberá demostrar que a pesar de su escasa envergadura física tiene el potencial para cumplir su sueño de "llegar al extranjero".