El ''gol fantasma'' con más historia lo marcó Geoff Hurst en la final de la Copa del Mundo de 1966.
APNEWPORT.- La FIFA postergó hoy, por un año, su decisión sobre la introducción de una tecnología para determinar si el balón cruzó o no la línea de portería y así evitar los "goles fantasma".
Según comunicó el órgano rector del fútbol mundial, las ayudas técnicas para los árbitros seguirán siendo probadas durante los próximos 12 meses. La resolución la tomó el International Football Association Board (IFAB), estamento guardián de las normas del fútbol, durante su reunión de este fin de semana en la ciudad galesa de Newport.
La IFAB sí acordó introducir los jueces de área para la Eurocopa 2012, algo que ya se viene realizando en las competiciones de clubes de la UEFA.
Fantasmas con historia
Sin duda, el "gol fantasma" más recordado de la historia del fútbol mundial ocurrió en 1966. El escenario fue el mítico estadio Wembley.
El 30 de julio de ese año se jugaba la final de la Copa del Mundo entre los locales y Alemania Federal. Tras los noventa minutos de juego, los casi 97 mil espectadores veían el marcador igualado a dos tantos.
Y llegó el alargue y el minuto 101 y el desborde de Alan Ball por la franja izquierda de la zaga germana. El siete británico trepó por el flanco derecho del ataque y sacó un medido centro al corazón del área. Ahí estaba Geoff Hurst para recibir el balón y gatillar su pierna derecha. El remate a quemarropa superó la resistencia de Hans Tilkowski y se estrelló contra el travesaño, que escupió la pelota de vuelta en el gramado de Wembley. La pelota nunca entró.
Sin embargo, el árbitro suizo Gottfried Dienst, tras conversar con su asistente soviético Tofik Bakhramov, validó el gol, dejando el marcador 3-2 en favor de los ingleses. Más tarde, Hurst sellaría el 4-2 que convirtió al cuadro británico en campeón del Mundo y al 10 rojo en el único jugador en la historia que ha logrado un hattrick en una final del Mundial.
Esa fue la última final que Inglaterra jugó en una Copa del Mundo. Años más tarde, el juez de línea, Bakhramov, fue inmortalizado en Azebayián (territorio del que era oriundo), cuando en 1993 el estadio más importante de ese país fue bautizado con su nombre. Paradójicamente, la construcción de ese recinto, con capacidad para 30 mil personas, fue terminada por prisioneros de guerra alemanes en los años 50.
La historia, la leyenda y el lugar común dicen que el fútbol da revanchas. Y de eso los alemanes saben. En los Mundiales de 1970, 1982 y 1990, Alemania eliminó a Inglaterra. Pero la revancha no terminó ahí.
En el Mundial de Sudáfrica 2010, Alemania chocó con Inglaterra en octavos de final. Los teutones ganaban por 2-0 gracias a sendas anotaciones de Klose (20') y Podolski (32'). Pero el cuadro dirigido por Fabio Capello bregaba por el descuento. Presionaba, se acercaba, lo mordía. Y a los 37 minutos Matt Upson lo consiguió tras una mala salida del golero.
Un minuto después del grito inglés, Frank Lampard aprovechó un rebote y sacó un derechazo desde la medialuna del área alemana. Neuer estaba un par de metros adelantado y el perfecto remate del volante del Chelsea superó su estirada. La pelota bajó en forma mágica y besó el travesaño. Luego, cayó en el pasto del Free State Stadium de Bloemfontein. Detrás de la línea de gol. El uruguayo Jorge Larrionda, juez del encuentro, no lo consideró así y el marcador se mantuvo 2-1.
Tras la falla referil el partido se tiñó completamente de blanco y Alemania celebró un 4-1.
Quedan, por lo menos, doce meses más para que los fantasmas sigan rondando las porterías del mundo y, de cuando en cuando, celebren.