Manuel Pellegrini se destapó.
El Mercurio
SANTIAGO.- En algunas semanas se cumplirá un año desde que Manuel Pellegrini dejó de ser el entrenador del Real Madrid. El chileno, finalmente, pasó por el Santiago Bernabéu sin pena ni gloria. Aunque un responsable claro fue el gran Barcelona. Y otro, para el propio DT, fue Florentino Pérez, mandamás de los merengues.
"A mí no me mató el Alcorcón, ni el Lyon, sino mi relación con el presidente. Ser técnico del Madrid es muy difícil y el primer año, más. Y pelear con este Barça, una complicación añadida. Si le sumas que el técnico no tiene el apoyo del presidente y la prensa se suma al alboroto", expresó el chileno en entrevista con el diario Marca.
"No entiendo por qué el presidente me apartó. Mi obligación era decirle que Sneijder y Robben, por supuesto, eran imprescindibles. Con las cosas de niño chico que se oyen ahora, aquello me pareció inexplicable. Los dos fueron campeones en Italia y Alemania, jugaron la final de la Champions, y del Mundial... Volvería a hacer lo mismo", agregó el Ingeniero con respecto a la poca influencia que tuvo en cuanto a los fichajes.
Parece extraño que Pellegrini hable justamente con Marca, diario que le hizo la vida imposible durante su estadía en Madrid. La razón, es porque el entrevistador es Tomás Guasch, periodista emblema de España y nueva adquisición del diario deportivo.
Igual, el actual técnico del Málaga no se guarda críticas para el periódico que hasta hace poco era dirigido por Eduardo Inda (su salida debió influir también en esta entrevista).
"Ganamos en La Coruña después de 19 años y ciertos titulares el día después fueron que no había puesto unos minutos al chico, Mosquera", dijo.
"Perdimos el primer partido en Sevilla tras ganarlo todo en Champions hasta entonces y ya se armó. No había llegado Alcorcón entonces y la descalificación era enorme, permanente, como buscando que el Bernabéu se me echara encima. No entiendo el periodismo tan parcial que se hace en España, empezando por Madrid y Barcelona", añadió el chileno.
Finalmente Pellegrini se refirió a otro de los grandes conflictos que tuvo mientras dirigió a los merengues: "Sentar a Raúl fue duro. Lo hice con todo el dolor de mi alma. Es capaz de jugar cinco minutos como si fueran el tiempo y el partido de su vida. Lo que sí soy es imparcial para hacer el equipo, un técnico no puede renunciar a ello nunca".