SANTIAGO.- Corría el año 2000 y Javier Varela, por ese entonces un joven de sólo 13 años, ya tenía claro a qué iba a dedicar su futuro. Y a poco andar, su sueño comenzó a dar los primeros frutos. Sólo cinco meses después de haber comenzado a tomar clases de Taekwondo ITF ("El camino y el arte de los pies y las manos", por su traducción del coreano) obtuvo medalla de plata en combate y en formas en sus primeros Panamericanos juveniles. Fue un claro presagio de lo que vendría más adelante.
Dos años después, cuando su capacidad aeróbica y física eran claramente superiores a las del resto de sus compañeros, vino el primero de sus logros más importantes. En el Campeonato Mundial Juvenil de la disciplina realizado en la ciudad de Ponce, Puerto Rico, tocó la gloria al consagrarse campeón en formas (estilo que simula un combate). Alegría que repetiría en 2004 en Riccione, Italia cuando se volvió a colgar la presea dorada en el mismo estilo.
Hoy con 24 años, Varela, cinturón negro tercer dan, ve cómo su otrora sueño de dedicarse de lleno a las artes marciales se truncó, principalmente por la falta de apoyo monetario de privados y del Estado. Por ello, tuvo que darle un vuelco a su vida para poder encontrar la estabilidad económica que no recibió del Taekwondo.
"Ahora sólo me dedico a entrenar, pero ya no como antes. La pasión por el Taekwondo es la misma, pero no me daba dinero. Llevaba como 10 años pagándome mis entrenamientos, mis viajes y todo tipo de gastos, hasta que llegó un momento en que me independicé y esa plata se tenía que ir en la comida y en mi departamento. Aún así, dejaba eso de lado y comía mal y pagaba igual mis viajes. El último mundial fue el único al que no he ido, fue un bajón grande, pero por suerte encontré otra disciplina que me apasiona: El circo", confiesa.
Y es que como en su condición de mejor exponente de la disciplina a nivel nacional — sitial que hoy aún mantiene — no veía retribuido su esfuerzo y compromiso, incursionó en las artes circenses, se perfeccionó y hoy vive, principalmente, del trapecio.
"Pasé del Taekwondo al circo porque estaba un poco aburrido de hacer lo mismo, pese que a mí lo que más me apasiona es lo que hago, las artes marciales. Buscando y buscando, llegué a una compañía circense llamada 'De Paso'. Ahí agarré un buen nivel en poco tiempo y ellos me permitieron vivir como siempre había soñado: Viajando por el mundo, con buenos alojamientos y con sueldo fijo. Presentamos el espectáculo de trapecio llamado 'Horizonte Cuadrado' en varios países de Europa y nos fue increíble. Lo que más me gustó es que la gente al final se desvive aplaudiendo, en el Taekwondo no era lo mismo", dispara.
Con la compañía "De Paso", Varela cuenta que vive bien. Dependiendo de las presentaciones de la obra, eventos de empresas, las giras alrededor del mundo presentando la obra y la única escuela que mantiene (dos clases a la semana en la Universidad Adolfo Ibáñez) recauda entre 900 mil a un millón de pesos.
"Pese a que el Taekwondo es mi pasión, el circo me permite estar más tranquilo. Yo viviría feliz de las artes marciales, pero en Chile no se puede. Sólo si haces clases, porque compitiendo nadie da un peso por tí. Por eso es que ahora estoy a full con la compañía, porque me encanta y me retribuye todo el esfuerzo que le pongo", dice.
Las malas gestiones de la federación
El tono de voz que utiliza Javier Varela cuando habla de la gente que maneja el Taekwondo en Chile no deja espacio para la duda. Su descontento con la gestión de la Federación es evidente.
"Te vuelvo a repetir. Se puede vivir haciendo artes marciales, pero tienes que tocar muchas puertas que en su mayoría nunca se abren", comienza.
Y sigue. "Ahí es donde la federación tendría que interceder por nosotros los deportistas para que existan las condiciones mínimas para practicar el deporte. Ellos han hecho un mal manejo", asegura sin querer dar nombres.
"El único auspicio que tuve me dio sólo mil dólares"
Cuando el dinero no abunda, es complicado estar en la elite del deporte a nivel mundial. Así lo explica Varela quien siempre se pagó por sus propios medios todos los viajes y competencias. Y no era poco dinero.
"En cada viaje me gastaba aproximadamente dos millones de pesos. La juntaba y la pagaba yo. Eran pocas las personas que me ayudaban. Me decían 'yo te lo pago, pero me lo devuelves después'. Esa plata era para todo: Pasajes, comida, alojamiento y la inscripción al torneo, que es muy cara", asegura.
Cuando buscaba a gente para que lo auspiciara, Javier encontró en una empresa nacional el apoyo monetario, le entregó dinero para un viaje, aunque no todo fue color de rosas.
"Sólo una vez conté con un auspicio. Fue Entel, pero me dio dinero, no me auspició. Me pasaron sólo 1000 dólares, que si bien los agradecí, la verdad es que era poco lo que podía hacer con eso. Hay que tener en cuenta el pasaje, el alojamiento, vivir cinco o seis días y pagar la inscripción al torneo. No hacía mucho con ese dinero, me lo dieron cuando fui a Puerto Rico", sentenció.
Varela es consciente de que podría ganar lo mismo que hace con el circo compitiendo a nivel nacional y mundial, aunque eso no es lo que principalmente le preocupa. Sólo necesita las mínimas condiciones que hoy en Chile no existen para deportistas como él.
Hoy se vuelve a encantar con sus dos pasiones, ya que en noviembre de este año, Chile albergará el primer Sudamericano que se realizará en suelo nacional. "Ahí estaré", enfatiza, aunque sabe que tampoco puede descuidar sus entrenamientos con el circo, ya que pronto montará un espectáculo junto a una acompañante de manera independiente.
Sólo el tiempo le dirá a Javier Varela cuál de las dos vertientes que le apasionan le permitirá congeniar de mejor manera la estabilidad económica con la satisfacción que produce el simple hecho de realizar el trabajo soñado.
Una de las formas que realizó Javier Varela en el Campeonato Mundial Adulto de Argentina 2009(El más cercano a la toma).
Este es el espectáculo independiendo que está montando Javier junto a Paula Riquelme.