El momento justo en que La Copa del Rey va camino a toparse con la rueda del bus del Real Madrid.
AP
MADRID.- La Copa del Rey que se le cayó a Sergio Ramos y fue arrollada por el autobús del Real Madrid en la noche de la celebración del título se muestra como un reclamo más en el Museo de la Federación Española de Fútbol (RFEF), situado en la localidad madrileña de Las Rozas.
Como si se tratara de una exposición de los restos de una batalla deportiva, el trofeo aparece desvencijado y abollado, el recuerdo de un mal momento para Ramos, que en plena euforia dejó escapar de sus manos la copa desde el techo del autobús que recorría el centríco paseo de la Castellana el pasado 20 de abril.
El trofeo cayó a la calzada desde el piso superior por delante del parabrisas. El vehículo arrastró durante varios metros la copa, que salió bastante dañada del percance, en un percance que, curiosamente, repitió el 16 de mayo en Amsterdam el jugador del Ajax Maarten Stekelenburg con la bandeja que acredita el título de Liga holandés.
El Real Madrid conquistó la Copa del Rey al derrotar en Valencia al Barcelona (1-0, gol de Cristiano Ronaldo en la prórroga). Fue su título decimoctavo copero y el primero desde 1993.
La Copa, que mide 78 centímetros y pesa alrededor de nueve kilos, cuenta con el escudo sobrepuesto de la Casa de Su Majestad el Rey en plata con baño de oro y su interior está hecho con un baño de oro de ley.
Un día después, una nueva Copa del Rey quedó expuesta en las vitrinas del "Tour del Bernabéu". En su twitter, Ramos bromeó: "Lo de la copa fue un malentendido: no se cayó, saltó ella cuando llegó a Cibeles y vio tantos madridistas...".
El propietario de la joyería madrileña donde se fabrica el trofeo, Federico Alegre, dijo en esas fechas que "hay un plan 'b' para estos casos", que consiste en hacer una réplica exacta, dado que siempre piensan que "puede pasar algo".
Según el diario deportivo AS, la exhibición del trofeo roto ha causado malestar en el Real Madrid. Por su parte Pablo Ornaque, creador del centro expositivo, dice al mismo periódico que la copa rota es "una pieza de museo, que levanta curiosidad y que no tiene un valor peyorativo".
El Museo se abrió al público el 21 de diciembre de 2010 y en sus salas se exhiben camiseta legendarias, balones y otros detalles históricos de los internacionales, entre ellos un automóvil de Alfredo Di Stéfano y el balón oficial de la primera final de un Mundial jugado en Uruguay en 1930.