SANTIAGO.- Fue electrizante. Y el nivel de las pulsaciones a las que se vivió la final del Apertura quedó plasmado en la algarabía azul y el descontrol cruzado.
Tras el pitazo final de Enrique Osses, Rodrigo Valenzuela buscó al juez del partido y le lanzó una patada. La agresión quedó en el intento. Osses ya estaba custodiado por Carabineros en la mitad del gramado de un Nacional que gritaba y aplaudía, viviendo el otro descontrol, el de la alegría de los hinchas y jugadores de Universidad de Chile.
Junto a Valenzuela llegó a la mitad de la cancha parte del cuerpo técnico y jugadores del banco de la UC. Algunos increpaban a Osses -como Cerda y Pizarro- otros intentaban calmar a los más encendidos.
Finalmente, los efectivos policiales lograron repeler a los cruzados, defendiendo al árbitro a través de sus escudos. Luego, guiaron a Osses hacia el túnel.
Enrique Osses quedó en el ojo de los cruzados debido a las tres expulsiones que el colegiado sancionó en el cuadro Juan Antonio Pizzi. A los 35 minutos, Tomás Costa barrió a Matías Rodríguez, ganándose -con justicia- su segunda amarilla.
Y ya en la segunda fracción una entrada en plancha, excesivamente fuerte, terminó con la historia de Alfonso Parot en el campo. Tras esa acción, Osses también le mostró la roja a Fabián Cerda, portero suplente del conjunto de la franja.
A los 79' Osses terminó de impartir justicia roja, cuando tras una falta sobre Eluchans, determinó la salida de Gustavo Canales. Quizá la expulsión más dudosa de las tres.