Tiger busca la recuperación en Atlanta.
Reuters
ATLANTA- La serie de once campeones distintos en los últimos once torneos de Grand Slam de golf vivirá desde mañana, jueves, un capítulo distinto e interesante con el regreso de Tiger Woods en el PGA Championship, el último de los 'Grandes' del año que se jugará desde mañana, en el Atlanta Athletic Club, en Georgia.
La impredecible seguidilla de ganadores, anarquía iniciada en abril de 2009, sigue incrustada en el palmarés de los cuatro torneos más relevantes del mundo. Desde que el gobierno de Tiger Woods perdiera competencias la brújula del "Grand Slam" gira desbocada de este a oeste y de norte a sur.
Los norirlandeses Rory McIlroy, de 22 años (US Open), y Darren Clarke, que el domingo cumple 43 (Abierto británico), fueron los dos últimos agraciados de esta larga lista de nombres.
El Abierto estadounidense de 2008 marcó el fin de una jerarquía encabezada por Tiger. El californiano levantó el trofeo, su decimocuarto y último "major'", y se fue directo al quirófano para corregir una lesión en la rodilla izquierda.
Su cuenta particular sigue desde entonces a cuatro del récord que ostenta Jack Nicklaus (18).
A tres años y cuatro meses de cumplir los 40 y en el 30° lugar del ránking mundial, la vuelta de Tiger es la buena noticia para la elite del golf. Sin embargo, las desavenencias que sufrió con su "caddie", el neozelandés Steve Williams, con el ganó 13 de sus 14 "Grandes", nutren de comentarios los corrillos y las tertulias de los jugadores.
Williams tensó la cuerda con su ex jefe hasta el límite el pasado domingo, tras ayudar al australiano Adam Scott a ganar en el Firestone Country Club de Ohio, en donde Tiger regresaba a la competición después de tres meses inactivo por una doble lesión (rodilla y tobillo).
"Fue la victoria más emotiva de mi carrera,” confesaba a las cámaras de televisión Williams en el campo en donde Tiger había ganado en siete ocasiones.
Tiger y su nuevo ayudante, Byron Bell, un amigo de la infancia que ya portara su bolsa en tres torneos, acabaron a 18 golpes de Scott. El australiano se embolsó los 1,4 millones de dólares del premio y Williams el diez por ciento de esa cantidad en concepto de honorarios (140.000), 81.500 dólares más que los ganados por Tiger.
Tras esto, por primera vez en un torneo Williams superaba a Tiger en ganancias.