La acción ya comienza.
AFP
AUCKLAND.- Durante seis semanas, la pelota ovalada pasará de mano en mano y será pateada en Nueva Zelanda, sede de un Mundial de rugby cuyo título parece obligatorio para el equipo anfitrión.
Con un presupuesto de más de 242 millones de dólares, una duración de casi seis semanas y más un millón de espectadores, el séptimo Mundial de rugby se ha convertido en uno de los mayores eventos deportivos del mundo junto con los Juegos Olímpicos, el Mundial de fútbol y el Tour de France.
Mañana arranca con el choque entre Nueva Zelanda y Tonga. En el país anfitrión se espera con impaciencia y entusiasmo el inicio del torneo. Tras los grandes éxitos neozelandeses en el Mundial de remo, toda la nación espera ahora el triunfo de los "All Blacks" en el segundo deporte más popular del país.
Hasta ahora, los jugadores de rugby de Nueva Zelanda sólo ganaron una vez la codiciada Copa Webb Ellis. Fue en 1987, en el primer torneo. Ante el propio público pesa por lo tanto una gran presión sobre el entrenador, Graham Henry.
Sus jugadores más destacados, Richie McCaw y Daniel Carter, no poseen aún el potencial del legendario Jonah Lomu, pero casi todos los expertos apuestan por ver a Nueva Zelanda en la final del 24 de octubre en Auckland.
En total, 20 equipos encuadrados en cinco grupos de cuatro, lucharán por el título de campeón del mundo. Los ex campeones mundiales Australia, Sudáfrica e Inglaterra, así como Francia, figuran entre los máximos favoritos. Un escalón por debajo aparecen los "Pumas" de Argentina, que comparte el Grupo B con Inglaterra, Escocia, Georgia y Rumania.
Entre el final de la ronda previa, los cuartos de final, las semifinales y la final habrá siempre una semana de descanso para que los jugadores puedan recuperarse de la dureza del juego.
Debido a esas largas fases de regeneración necesarias, en los Juegos Olímpicos de Rio 2016, donde la modalidad deportiva volverá a ser olímpica, no se jugará el tradicional rugby con quince hombres por equipo, sino el rugby a siete, mucho más rápido.