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El rey de la parrillada uruguaya en Chile y su estrecha relación con los seleccionados charrúas

Juan Araya es el dueño de un local de comida donde ha recibido la visita de Forlán, Lugano y compañía. Aquí revela algunas claves de su amistad con los jugadores.

08 de Noviembre de 2011 | 08:55 | Por Leonardo Vallejos Seguel, Emol

SANTIAGO.- Juan Araya tiene 58 años y hace más de 30 que llegó a Chile dejando su querido Uruguay, pero de ahí no se fue más y hoy es uno de los charrúas más conocidos en el país gracias a sus locales, las parrilladas "La Uruguaya". Fue administrador de una bencinera, pero ante la falta de la calidad típica de la comida charrúa, cambió totalmente su rumbo.

Las parrilladas con longaniza, prieta, pamplonas y carne son su especialidad, y hace ya cerca de 7 años que su local se transformó en el punto de encuentro de la colonia uruguaya en Chile. Y es justamente ahí donde este viernes presenciará y recibirá a todos para el partido de Uruguay ante la "Roja".

"El apego por el fútbol es como la parrilla, todo uruguayo nace con el tema del fútbol y hacer el asado, vibrar con la camiseta de su país, y del equipo de uno" reconoce a Emol, en medio de un irresistible olor que sale de la cocina.

Es amigo de la gran mayoría de los jugadores de la selección charrúa, sobre todo de Diego Lugano y Forlán. "A Lugano incluso lo llamé a Francia para su cumpleaños, pero parece que la celebración estuvo muy buena porque no me contestó. Y con "Cachavacha" es una relación muy estrecha con él y su padre".

Eso sí, reconoce en Óscar Washington Tabárez al gran mentor del gran momento que vive el fútbol de su país. "Esto es total y absolutamente trabajo de él. Buscó jugadores idóneos para cada puesto, pero con una línea de comportamiento como personas, porque puede haber algún jugador muy superior a otro, pero no le gusta como actúa como persona y no los llama".

Por su local han pasado una infinidad de futbolistas charrúas, a los cuales siempre atiende de la mejor manera y los hace sentir como en casa. Y es justamente sobre ellos, sobre los deportistas de su país, que Araya destaca una cualidad que para él es clave. "Todos los que se ponen la camiseta celeste se agrandan y superan sus capacidades, por ejemplo Lugano. En cambio el chileno se achuncha al enfrentar el Centenario", explica.

Junto a esto está la tradicional garra charrúa, la que según él se ve reflejada en las mujeres del país oriental. "Cuando niño las madres son las que te llevan a la cancha, y acá en Chile si eres un menor y te caes y lastimas, tu mamá te consuela. Allá no, te gritan 'párate maricón de mierda'. De ahí nace eso de trancar con la cabeza".

Con tantos años en el país se da el tiempo de analizar la actualidad del fútbol chileno y señala que para él fue un retroceso el cambio de entrenador en la "Roja". "En Chile no hay complemento de equipo y creo que eso lo había logrado Bielsa, y no sé si lo podrá igualar Borghi. No tengo nada contra él, pero creo que Bielsa era muy superior".

Y a la hora de identificar a cuál es el jugador más importante de uno y otro equipo, Araya no tiene dudas. "En este momento no hay discusión en Uruguay de que el mejor jugador es Luis Suárez, tiene fuerza potencia, nunca da por perdida una pelota. Uruguay siente más cuando no está Suárez que cuando no está Forlán y en el Mundial contra Holanda se notó, otra historia hubiera pasado si estaba él".

Mientras que de la "Roja" destaca a Vidal y a Medel, ya que señala que tienen características que son típicas de los uruguayos, tales como la garra, fiereza y el que van con todo a la pelota. "Sánchez es mucho dribling, mucho individualismo, muy pachanguero", apunta.

Las paredes de sus locales (en Providencia y Ñuñoa) están adornadas con fotografías con las distintas personalidades que ha recibido en "La Uruguaya", pero hay dos que lo emocionan. Se trata de las imágenes de la selección uruguaya y de Peñarol con un afiche dándole apoyo en el momento más complicado de su vida.

Sufrió el síndrome de Guillien-Barré y estuvo mucho tiempo cuadriplejico, sin poder comer, vestir ni lavarse por sí mismo. Es por eso que ver el apoyo de sus compatriotas lo marcó. "Fue muy fuerte, me puse a llorar y fue una de las claves para superar mi enfermedad", confiesa Araya que ya comienza a preparar su local para recibir a todos los uruguayos para el duelo ante Chile.

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