LONDRES.- El presidente de la FIFA, Joseph Blatter, pidió hoy perdón por unas declaraciones en las que restaba importancia al racismo en el fútbol, ante el aluvión de críticas que han causado en el Reino Unido.
En una entrevista con la BBC, Blatter, de 75 años, señaló además que no tiene intención de dimitir de su cargo, en el que lleva desde 1998, a pesar de las peticiones llegadas desde este país, incluido el Gobierno de David Cameron.
"Me sigue doliendo porque no pude imaginarme tal reacción", indicó el suizo en una entrevista exclusiva con la cadena pública británica.
"No puedo dimitir, ¿por qué habría de hacerlo? Dejarlo sería totalmente injusto e incompatible con mi espíritu luchador, mi carácter y mi energía", apuntó Blatter.
Esta semana el máximo responsable de la federación internacional de asociaciones de fútbol aseguró que los insultos racistas en el campo se solucionan con un apretón de manos, al final del partido, entre los jugadores afectados.
Este comentario indignó a deportistas y políticos del Reino Unido, un país especialmente sensible a la problemática del racismo en el deporte y donde actualmente dos jugadores, John Terry y Luis Suárez, son investigados por posibles insultos racistas.
En la entrevista divulgada hoy, Blatter admitió que sus declaraciones habían causado "un incidente grave" y aseguró "lamentar profundamente" unas palabras que calificó de "desafortunadas".
El presidente de la FIFA indicó además que los jugadores que profieran insultos racistas deberían ser expulsados y consideró que la lucha contra el racismo en el fútbol debe continuar y estas actitudes deben tener "tolerancia cero".
Las manifestaciones previas de Blatter causaron indignación en el Reino Unido y motivaron numerosas peticiones para que dimita de organismos como la Asociación Profesional de Futbolistas, además del Gobierno británico y el líder de la oposición, el laborista Ed Miliband.
Actualmente la Federación inglesa de fútbol (FA) investiga por insultos racistas al capitán de la selección nacional, John Terry, y al jugador del Liverpool Luis Suárez, que podrían recibir sanciones en caso de que se pruebe su culpabilidad.