Igual que ocurrió hace dos años, Tiger Woods fue el encargado de convertir el punto decisivo que daba al equipo estadounidense su séptimo triunfo en este torneo. El ''Tigre'' mostró buen nivel para embocar seis ''birdies'' y superar por 4 y 3 al australiano Aaron Baddeley.
Estados Unidos iniciaba el último día de competición en el Royal Melbourne Golf Club con una cómoda ventaja de 13-9, pero aún así tuvo que exprimirse para levantar el trofeo, ya que el equipo internacional igualó con cuatro triunfos consecutivos en los duelos Ryo Ishikawa-Bubba Watson, Charl Schwartzel-Dustin Johnson, Geoff Ogilvy-Bill Haas y Kim Kyung-Webb Simpson.
El combinado norteamericano reaccionó y se acercó a la victoria con las victorias de Hunter Mahan y Nick Watney. Pese a los triunfos de Adam Scott y Retief Goosen, el equipo internacional no tuvo nada que hacer, ya que posteriormente David Toms arrolló a Robert Allenby y Jim Furyk completó su fin de semana impecable -cinco triunfos en cinco partidos- antes Ernie Els.
En ese momento, surgió Woods para lograr el punto decisivo y olvidar su sonrojante derrota en la jornada inicial. "He jugado bien toda la semana, pero desafortunadamente no estaba convirtiendo los ''putts''. Esta vez ha sido diferente. Por alguna razón, me sentía bien y pude poner la bola en su sitio", se alegró el ex número uno mundial.
La Copa de Presidentes enfrenta cada dos años a deportistas estadounidenses y del resto de mundo (excepto europeos) en alternancia con la Ryder Cup (entre norteamericanos y europeos).
Desde su creación en 1994, Estados Unidos suma siete victorias, un empate y una derrota.