Bonini, el ''crack'' que es ''la cara B de Bielsa''.
El Mercurio
SANTIAGO.- Marcelo Bielsa llegó a Chile para hacerse cargo de la "Roja" en agosto del 2007 y se fue el 4 de febrero del 2011. Y en esos casi tres años y medio que estuvo al mando del combinado nacional, siempre destacó por su histriónica personalidad y por su hermetismo a la hora de relacionarse con los jugadores.
Bielsa era el serio y distante con sus dirigidos. Pero no llegó solo, ya que junto a él estaba su gran amigo, el preparador físico Luis Bonini que se transformó en el gran motivador y nexo entre los futbolistas y el DT.
Poco a poco el PF se ganó el cariño de los chilenos, ya que mezclaba rigurosidad extrema en el trabajo, con una gran cuota de cercanía y amistad con los jugadores. Recordado es el "¡te quiero ver Chupete y la...!" con que motivó a Humberto Suazo antes del duelo ante Uruguay en Montevideo.
Y ahora, todo eso lo están plasmando en el Athletic de Bilbao, donde Bonini continúa siendo la mano derecha del técnico rosarino. "Es un crack", así lo califican los jugadores del cuadro vasco, que valoran la labor que está realizando con ellos el profesional.
Son los mismos futbolistas españoles los que señalan que en el camarín, "Bonini es el lado gracioso de Bielsa" y la prensa no se queda atrás a la hora de referirse a él.
"Es el costurero del hábitat del vestuario, siempre dispuesto a dar puntadas con el hilo de las anécdotas, las bromas, el humor, las palabras de apoyo a los futbolistas con la aguja de su acento porteño, una combinación imbatible para la motivación", publica el diario vasco Deia.
Un hecho clave que destacan de la relación del preparador físico con el plantel ocurrió el día que cayeron ante el Málaga de Manuel Pellegrini. "Simplemente nos dijo que confiásemos en ellos, que llevaban cuarenta años en esto y que sabían lo que hacían", declaró un jugador.
Y de ahí en adelante, sólo alegrías hay en el camarín del Athletic. Desde ese partido no han perdido más.
Pero también el periódico Deia recuerda lo que fue su paso por tierras nacionales. "En Chile no transcurría un día sin que Bonini llamara por teléfono a varios jugadores de la selección para conocer cómo estaban, para saber, simplemente, cómo les iba. Era un tipo de comunicación sin asuntos transcendentales a la vista, pero que servían para estrechar el lazo de la confianza y aproximan a unos con los otros, para soldar voluntades", señalan.
Finalmente, el mismo medio saca a la luz un anécdota que se dio en un partido del Athletic. "Desde una cerca alrededor del campo un aficionado le gritó: '¡Volvé a la Argentina!'. Bonini, travieso en el discurso, contestó con su deje hipnótico: 'No puedo. Soy vasco'. La cara B de Bielsa".
