El brasileño no quiere dejar la máxima categoría.
EFE
SAO PAULO.- Un casco diseñado por su hijo espera la próxima temporada al piloto brasileño Rubens Barrichello, que a los 39 años ve en peligro su presencia en la Fórmula 1 en 2012.
"¿Puedes correr con él el año que viene?", le pidió Fernando a su padre, Barrichello, que, orgulloso, sacó de su bolsillo y mostró el dibujo de su hijo el domingo en Sao Paulo, sede del Gran Premio final de la temporada y quizás el último para "Rubinho".
"Si firmo un contrato llevaré el dibujo en el casco en la primera carrera", dijo. Una mezcla de anuncio y de deseo.
"No estoy preparado para dejarlo ahora", dijo tras su Gran Premio número 322, todo un récord. "Podría haberme despedido en la última vuelta, pero sé que volveré", aseguró el compañero del venezolano Pastor Maldonado en Williams, su primera opción de cara a 2012 pese a que su contrato expira a final de año.
Barrichello debutó en la Fórmula 1 en Sudáfrica 1993 y sumó en 19 temporadas 11 triunfos y 14 "pole positions". En 2002 y 2004 fue subcampeón en Ferrari por detrás del alemán Michael Schumacher.
"Hay varias opciones, pero la mejor es la de Williams", señaló. "Parece que el próximo Williams es mejor y que el motor Renault dará un impulso", aventuró.
Sus compañeros de parrilla lo apoyan y él lo valora. "Muchos pilotos rápidos vinieron y se marcharon porque no eran felices en la Fórmula 1. Yo en cambio la amo".
"No necesito un gran contrato, sólo un auto competitivo", deseó el brasileño, muy emocionado.
"Mi mujer estaría feliz si continúo porque ve lo feliz que me hace", agregó "Rubinho", muy querido en la parrilla. No es un "bad boy". "Es una tontería que sólo los chicos malos ganen en la Fórmula 1. Si la gente me apoya significa que soy una buena persona".