El desatado e íntimo festejo de Sampaoli tras conseguir el bicampeonato con la U
El técnico de los azules tuvo que ver la final ante Cobreloa desde una caseta, pero ya en la cancha celebró con todo el nuevo título azul.
30 de Diciembre de 2011 | 10:46 | Por Leonardo Vallejos Seguel, Emol
SANTIAGO.- Pitazo final de Enrique Osses y Jorge Sampaoli por fin pudo desatar toda su alegría. El técnico de Universidad de Chile tuvo que presenciar la final del Clausura ante Cobreloa desde la caseta 6 del Estadio Nacional por la expulsión sufrida en la ida en Calama y recién con el término del compromiso festejó un nuevo título.
El oriundo de Casilda parecía un "león enjaulado" en la cabina que se le asignó. No quiso que nadie lo acompañara y sólo un maletín y cuatro bebidas fueron testigos de cómo el trasandino vivió el cotejo.
En algunos momentos, el DT se comunicó vía telefónica con su ayudante, Sebastián Beccacece, pero las indicaciones no fueron muchas, ya que el partido se definió muy temprano. Ni se inmutó cuando toda la hinchada azul se dio vuelta y le cantó hacia la caseta "Sampaoli, Sampaoli, hoy te quiero recordar, Rivarola es lo más grande, lo queremos ver jugar".
Polera blanca y pantalón azul arremangado, Sampaoli no se perdió detalle alguno del compromiso y no quiso bajar hasta que se diera el pitazo final. Cuando esto ocurrió lanzó un grito de euforia y bajó raudamente a la cancha del Nacional para poder festejar con sus pupilos por el bicampeonato que hace instantes acababan de ganar.
Uno a uno abrazó a los integrantes de su cuerpo técnico, pero sobre todo a los jugadores, que apenas advirtieron la presencia del entrenador corrieron a saludarlo para celebrar todos juntos.
El casildense fue tomado en andas por algunos integrantes del plantel y juntos corrieron hasta el sector de la barra de Los de Abajo para dedicarles la obtención de la estrella número 15 en la historia de la U.
"Gracias, gracias, esto es para ustedes", eran las palabras que Sampaoli le dedicó a los fanáticos que lo aclamaban y que casi en las lágrimas le mostraban todo su aprecio.
Llegó el momento de recibir las medallas y de la entrega de la copa y el técnico saltaba como un hincha más arriba del escenario preparado para la ocasión. Hasta que llegó su hijo y el ex adiestrador de O'Higgins corrió para saludarlo y colgarle su medalla de campeón.
Abrazado junto a su primogénito dio la vuelta olímpica y ya en camarines mostró su soltura al conversar en varias ocasiones con los medios apostados, que sorprendidos por la actitud del técnico, aprovecharon de rescatar sus impresiones.
Finalizadas las celebraciones en el sector de los vestuarios, Sampaoli abandonó la cancha en su auto particular acompañado de su esposa y se dirigió rumbo al hotel Intercontinental, lugar donde en una ceremonia más íntima cerró una jornada llena de gloria y que inscribió su nombre en la historia de la U.
La tranquila celebración en el hotel
No hubo bus descapotable ni tanta locura en las calles. Los jugadores, cuerpo técnico y dirigencia de la U dispuso de una tranquila celebración del título del Clausura que distó mucho de la fiesta que se desató dos semanas atrás