Li Na ganó Roland Garros, pero de ahí en adelante su carrera bajó. Ella culpa a su marido.
AP
PERTH.- La ganadora del torneo de Roland Garros, la tenista china Li Na, culpó por su sorprendente bajón de forma a su nueva condición de estrella, y a la irritación que le genera los gritos de su marido.
La tenista se impuso el viernes por 2-6, 6-2 y 6-4 a Marion Bartoli en el primer día de la Copa Hopman, poniendo fin a una desastrosa racha iniciada después de convertirse en la primera asiática en ganar en gran slam el pasado junio.
Pese a la derrota de su equipo, Li insistió en que tiene la mente despejada por primera vez desde su histórica victoria en París. "Después del Roland Garros mi vida cambió", dijo a los periodistas. "Si voy a algún sitio a jugar un torneo, más gente sabe quién soy (...) Es difícil mantener la concentración después de ganar un título importante, tantas sesiones de fotos", indicó.
Distraída por los compromisos fuera de la pista provocados por su nueva fama y agobiada por la atención del público en su patria, Li sólo ganó 7 de los 16 partidos que le quedaban la temporada pasada.
"Tuve una buena pretemporada en Munich", declaró Li, que también llegó a la final de 2010 del Abierto de Australia, donde perdió ante Kim Clijsters en tres sets.
Unos 120 millones de espectadores vieron por televisión su victoria ante la francesa Francesca Schiavone en el Roland Garros, y sus bromas sobre su marido y entrenador capturaron el corazón de los aficionados al tenis en todo el mundo.
Su nervioso marido Jiang Shan se mordía las uñas y sacudía la cabeza mientras Li perdía un primer set salpicado de errores. Con la victoria asegurada por fin, Li sonrió y saludó a Jiang antes de revelar que se habían estado peleando durante los entrenamientos.
"Es malo, siempre estamos peleando (...) Es duro, siempre me está diciendo '!mueve los pies, mueve los pies!'. Y yo pienso, '¿por qué me gritas?'", afirmó.
"Ahora sólo le escucho dos horas al día (...) Le dije, 'Cuando esté en la pista te escucho. Cuando estemos fuera de la pista, !tú tienes que escucharme a mí!'", bromeó.