Hantuchova dejó atrás una anorexia y varias crisis nerviosas que la afectaban mientras jugaba. Acá aparece jugando en 2003 en España (izq.) y esta semana en el Abierto de Australia (der.).
AP/EFEMELBOURNE.- Podrá ser conocida por su belleza, por haber ejercido de modelo e incluso por una superada anorexia, pero la eslovaca Daniela Hantuchova tiene muy claro que el tenis es una "burbuja" en la que se pierde el sentido de la realidad. Y por eso volvió a la universidad, para preparar, paso a paso, su regreso a la vida "normal".
"Es realmente una gran burbuja. La gente, a veces, se olvida de la realidad", dijo Hantuchova durante una entrevista en Melbourne en la que admitió "errores" en el pasado y se mostró confiada en seguir el camino de otras jugadoras veteranas y conquistar un torneo de Grand Slam.
La "burbuja" es evitable, cree la rubia eslovaca, que más allá de sus resultados como jugadora se hizo conocida por sus apariciones como modelo (ver video 1 y video 2). ¿Cómo evitarla? Rodeándose, por ejemplo, de los afectos más cercanos.
"Por eso tengo a mi familia y mis amigos conmigo, por eso regreso a casa entre los torneos y trato de vivir la vida real durante un tiempo. Y también por eso es que decidí volver a estudiar".
Hantuchova, de 28 años, es actualmente la número 21 del mundo, pero en 2003 llegó a ser quinta, y se mantuvo "top ten" durante un buen tiempo.
Su problema fue que el éxito le llegó joven, y coincidió con la separación de sus padres. De a poco, en el circuito comenzó a mirársela con preocupación. Estaba delgadísima, su aspecto no era en absoluto saludable y sufría crisis nerviosas durante los partidos.
Hoy habla del tema con elegancia. "Cometí mis errores en el pasado, pero mientras pueda aprender de mis experiencias, creo que estará bien".
En busca de un Grand Slam
Campeona de Indian Wells en 2002 y 2007, a fines de 2011 ganó en Pattaya tras cuatro años sin títulos. La gran oportunidad de su carrera la tuvo en 2008, cuando se encaminaba hacia una victoria sobre la serbia Ana Ivanovic en las semifinales del Abierto de Australia. Tenía ventaja de 6-0 y 2-0, y terminó perdiendo 6-3 y 6-4 en el tercer set.
"Sí, siento que aquella fue, definitivamente, mi gran posibilidad, pude haber ganado. Espero que haya muchas por venir aún. Aquella vez el estrés jugó un papel, pero si vuelvo a verme en esa situación, creo que podría salir adelante".
Hantuchova dijo que los éxitos de jugadoras como la italiana Francesca Schiavone o la china Li Na, también en torno a los 30 años, la motivan. "Espero poder hacer lo mismo".
La carrera de la eslovaca es curiosa, porque apenas ganó cuatro torneos, aunque sea dueña del Gran Slam en dobles mixtos, ya que entre 2001 y 2005 fue conquistando sucesivamente Roland Garros, el US Open, Australia y Wimbledon.
"Top 30" en nueve de las últimas diez temporadas, comenzó el año escalando a la final de Brisbane, pero sus preocupaciones exceden al tenis y pasan también por sus estudios de "management".
"Volví a estudiar porque esta es una parte muy breve de mi vida, y una vez que haya terminado pasaré a la vida normal mucho más fácilmente si sé cuáles son los valores reales", cuenta.
El tenis y la moda siempre estarán en la vida de Hantuchova, reconocible también por sus larguísimas piernas.
"Nunca sabes a dónde te llevará la vida tras el retiro, pero quiero combinar deporte y moda", sostiene.
Lleva 13 Abiertos de Australia jugados en forma consecutiva, y aún recuerda el primer vuelo con su madre, en clase turista. Hace ya tiempo que vuela en business, pero sigue detestando ir de hotel en hotel.
Mejorar su tenis, darle "más agresividad", es un objetivo para 2012. Le importan en cambio poco las luchas por más dinero en que están embarcados sus colegas masculinos: "Esos temas no me hacen feliz. Amo lo que hago, no el dinero, los puntos...".
Ama, confiesa, volver a casa y dedicarse a una afición que no exhibe en el circuito: tocar el piano.