LONDRES.- Lanchas con ametrelladoras circulan a gran velocidad en uno de sus habituales ejercicios sobre el Támesis, mientras aviones y helicópteros de combate sobrevuelan la ciudad. Los Juegos de Londres de 2012 están a la vuelta de la esquina y el principal tema de debate en la sede olímpica es la seguridad.
Faltan exactamente seis meses para el inicio de la cita olímpica y las instalaciones deportivas están prácticamente terminadas, los voluntarios reclutados y las ocho millones de entradas vendidas. Está todo listo para que el 27 de julio Londres de inicio a la cita olímpica por tercera vez en su historia, con un espectáculo que el alcalde Boris Johnson prometió que será "el mayor show del mundo en la ciudad más grandiosa del planeta".
Sin embargo, el entusiasmo olímpico todavía no termina de aflorar y queda a un lado frente al estrés de los preparativos. En el este, la zona más pobre de la ciudad, donde en el valle del río Lea se desarrollará una parte importante del evento, la población se muestra inquieta.
En el barrio de Walthamstow, los dueños de perros encabezan una protesta luego de se les prohibiera pasear a sus mascotas en el "Gassi Park". Otros se quejan por los cada vez más altos precios de los alquileres y las crecientes restricciones. Robin Wales, alcalde del barrio de Newham, propone introducir un sistema de concesión de licencias para poner fin a los alquileres abusivos en los barrios olímpicos.
A medio año de la apertura de los Juegos, Londres enfrenta dos preguntas decisivas: ¿Está garantizada la seguridad para 15.000 atletas de todo el mundo? ¿Contendrá el viejo metro la enorme afluencia de personas?
El presidente del comité organizador de los Juegos Olímpicos de Londres 2012 (LOCOG), Sebastian Coe, es optimista. "Estamos en buenas condiciones", sostiene una y otra vez el ex campeón olímpico en los 1.500 metros en 1980 y 1984.
La seguridad es hoy el mayor tema de preocupación en Londres. Los casi ocho millones de habitantes de la metrópoli británica no olvidan los atentados terroristas del 2005, en los que murieron 56 personas. Los servicios secretos consideran que el Talón de Aquiles de la ciudad podría ser el Támesis. Según los expertos, los terroristas podrían intentar ingresar a la villa olímpica a través del río.
El secretario general de Interpol, Ronald Noble, quitó dramatismo durante su última visita a Londres hace pocos días. "No tenemos de momento ningún conocimiento sobre una amenaza concreta para los Juegos Olímpicos".
Sin embargo, los organizadores no quieren dejar detalle librado al azar y ya dispusieron que un barco de guerra esté estacionado durante los Juegos en la orilla del Támesis, que será acompañado por misiles tierra-aire y jets "Eurofighter". Otro barco de guerra circulará en Weymouth, en la costa sur, donde competirán los veleros.
Unos 13.000 soldados, más de los que están desplegados en Afganistán, protegerán los Juegos. A ellos se sumarán más de 10.000 agentes civiles y policías.
Hace un año, el LOCOG estimaba en 600 millones de libras los costos de seguridad del evento. Hoy, la suma se estima extraoficialmente en más de 1.000 millones de libras (1.566 millones de dólares).
Pese al enorme despliegue, las autoridades procuran que el público no tenga que padecer esperas demasiado extensas ante los controles de seguridad.
Y tampoco en los saturados accesos del metro. El viejo "Tube" londinense ya opera hoy en día al límite de su capacidad.Pero pese a la creación del tren expreso "Javelin", que conectará el centro de la ciudad con el parque olímpico en Stratford, nadie sabe a ciencia cierta cómo responderá la red subterránea, que hoy cuenta con un flujo de tres millones de pasajeros y a la que se sumará un millón de personas extra durante la cita olímpica.