BARCELONA.- La ex tenista española Arantxa Sánchez Vicario mantuvo este martes viva la guerra con su familia, a la que acusó recientemente en su libro de memorias de haberla dejado en la ruina.
"Pueden imaginar lo doloroso que ha sido publicar mis memorias, pero tenía esa necesidad vital y no podía seguir simulando una relación inexistente con mis padres y hermanos", dijo la ex número uno del tenis mundial en la presentación en Barcelona de su autobiografía, titulada "Vamos!".
Sánchez Vicario no admitió preguntas y se limitó a leer un comunicado en el que justificó la decisión de demandar a sus padres, a quienes acusa de haber dilapidado su fortuna.
"¿Puede alguna persona creerse que yo no quería que todos estos problemas se quedaran en la familia? Lo he intentado con todas mis fuerzas", expresó la campeona de cuatro Grand Slams, que rompió a llorar conforme iba leyendo el comunicado.
"No soy una desagradecida, pero mis padres han ejercido un control y una protección que me han anulado en muchos momentos cruciales de mi vida", insistió en las críticas, replicadas en su momento por sus padres.
"¿Puede alguno de mis hermanos o mis propios padres decidir con quién tengo que compartir mi vida? ¿Por qué se tienen que buscar siempre culpables a mis decisiones?", se preguntó sentada junto a su marido, Josep Santacana.
Sánchez Vicario negó que su matrimonio la haya cambiado: "Sigo siendo la misma, sólo que ahora decido lo que quiero decir y no quiero esconderme".
La actual capitana del equipo español de la Copa Fed aseguró que ahora su marido y sus dos hijos son su "verdadera familia".