El francés es una estrella en los ''gunners''.
APLONDRES.- El delantero Thierry Henry puso fin este viernes a su estancia de dos meses en el Arsenal para regresar al Red Bulls de EE.UU. A su partida, el francés dejó un mensaje a los aficionados pidiendo que confíen en su equipo pese a los "tiempos difíciles" en los que están sumidos tras la histórica derrota por 4-0 frente al Milán en la Liga de Campeones.
Antes de volar de nuevo hacia los Estados Unidos para comenzar la temporada con su equipo, Henry subrayó, en una entrevista en la página web de los de la institución, su confianza en que el Arsenal "reaccionará" de la manera adecuada a su prácticamente segura eliminación de la Champions League.
"No siempre fue bonito y agradable, tenéis que recordar que también tuvimos momentos en los que solo queríamos que terminara el partido para irnos a casa. La diferencia está en que este equipo puede reaccionar, estoy convencido de que puede hacerlo", afirmó el delantero.
Henry apuntó que la tarea de reponerse de un golpe tan duro como la derrota en Milán puede ser un "infierno", aunque animó a los "gunners” a no perder la fe en su equipo.
El veterano jugador recordó a los aficionados que hasta las mejores generaciones que ha dado el Arsenal "han vivido algunos momentos muy malos" y que "todos los equipos pasan por etapas bajas antes de escalar hasta lo más alto".
"No puedo hablar por aquellos aficionados cuyas familias han apoyado al Arsenal desde siempre, pero estoy seguro de que si preguntaran a sus padres, y sus padres a sus abuelos, les dirían que deben disfrutar de esta generación, porque ellos sí que sufrieron malos momentos,” dijo antes de partir.
El atacante, de 34 años, se forjó como una estrella internacional a las órdenes de Arsene Wenger, antes de recalar en el FC Barcelona, donde lograría dos Ligas y una Liga de Campeones, pero actualmente milita en el fútbol estadounidense.
El último encuentro de Henry con la camiseta del club inglés fue el pasado miércoles, cuando el goleador ingresó en la segunda etapa en el estadio San Siro. El Arsenal terminó humillado al recibir el castigo más severo que ha cosechado jugando en Europa.