SANTIAGO.- Este domingo comienza la acción de la velocidad con una nueva campaña de la Fórmula 1 con la realización del Gran Premio de Australia en el Albert Park de Melbourne.
Durante las últimas campañas, la máxima categoría del automovilismo mundial entregó diversas historias que valen la pena ser recordadas, en la previa de una nueva temporada.
Senna y Prost peleas dentro y fuera de la pista
La disputa entre estos dos cracks del automovilismo marcó los últimos años de la época de los 80 en la Formula 1. Sus egos nunca coincidieron y a pesar de ser compañeros de equipo nunca se ayudaron y se disputaron palmo a palmo cada carrera como si estuvieran en distintas escuadras.
Todo comenzó en 1988, cuando el brasileño superó claramente al francés y consiguió su primer titulo mundial a bordo de un McLaren Honda. Entre ambos ganaron 15 de las 16 competencias y establecieron un dominio total sobre el resto, con 8 del paulista, quien aventajó finalmente al galo.
En 1989 esta "guerra fría" explotó. En el Gran Premio de Japón, el penúltimo de la temporada, Senna necesitaba ganar para seguir con chances de llevarse el titulo y quitarle la punta a Prost. Promediando la prueba, ambos disputaban el liderato y chocaron entre ellos. Sin embargo, el brasileño pudo volver tras la ayuda de algunos asistentes que empujaron su auto y finalmente terminó ganando la prueba, pero luego los comisarios lo descalificaron por esa acción y finalmente Prost conquistó el titulo. Tras esa acción, la relación entre los pilotos se rompió para siempre y el "profesor" francés partió a Ferrari.
Y un año después la historia se repitió en Suzuka. Ahora con Senna defendiendo a McLaren y el francés a la escuadra de Maranello, pero esta vez con el brasileño de líder del campeonato. Iniciando la competencia ambos se disputaban el primer lugar y ninguno cedió en la primera curva. ¿Resultado?, un inevitable choque que los dejó a ambos fuera de carrera y así el de Sao Paulo conquistó su segundo titulo mudnial.
Tras esto, el galo decidió tomarse un receso de dos años y retornó en 1993 para reemplazar a Nigel Mansell en Williams Renault y conquistar un nuevo campeonato del mundo antes de retirarse definitivamente.
Las "locuras" de Schumacher
El alemán Michael Schumacher es el más ganador de la historia de la Formula 1 con siete títulos mundiales, pero a veces no escatimó esfuerzos para quedarse con la corona.
En 1994 logró el primero de sus trofeos al mando de un Benetton Ford, pero fue uno sin exento de problemas durante una campaña muy especial para la categoría debido a la muerte de Ayrton Senna en San Marino. "Schumi" llegó liderando el campeonato con un punto de ventaja sobre el inglés Damon Hill de Williams Renault en la carrera decisiva en Australia. Sólo le bastaba terminar por delante de su rival para llevarse los máximos honores. En la mitad de la prueba, el germano hizo una maniobra temeraria en contra del británico y los dos quedaron fuera de carrera, logrando el objetivo final que era el campeonato.
Tres años más tarde, ya a bordo de un Ferrari, el alemán peleaba el campeonato con el canadiense Jacques Villeneuve de Williams en la última competencia, en el Gran Premio de Europa en Jerez de la Frontera. El que terminaba delante del otro era campeón y ya sobre el final del tramo, Schumacher seguía por detrás del hijo de Gilles y no encontró nada mejor que tirarle el auto encima para sacarlo de pista. Pero la maniobra no le resultó y debió abandonar. Tras ello, la FIA lo sancionó y le quitó todos los puntos que consiguió en 1997.
La "dictadura" del Kaiser alemán
Entre 2000 y 2004, la máxima categoría del automovilismo tuvo un solo dueño: Michael Schumacher. El alemán conquistó cinco campeonatos consecutivos y estableció una hegemonía pocas veces vistas en la F-1.
Sin embargo, su dominio era tan dictatorial que su compañero de equipo Rubens Barrichello debía dejarlo pasar si iba delante de él. Y eso se dio intencionalmente en el Gran Premio de Austria 2002.
El brasileño dominaba la competencia de principio a fin, pero en la última vuelta recibió la orden de equipo para que dejara pasar a "Schumi" quien iba detrás. El paulista obedeció y se dejó adelantar un poco antes de la meta en un hecho bochornoso y que marcó la temporada. El publico abucheó la acción y en el podio Schumacher le cedió el lugar a "Rubinho", quien evidentemente molesto no le quedó otra que aceptar su papel secundario.
Schumacher ganó el titulo, pero esa acción lo relató por sí solo y por eso muchos corredores del "circo" le perdieron el respeto tras esa acción, convirtiéndose en uno de los pilotos más odiados de la categoría.
Alonso, el primer rey español
En el 2005, el joven español Fernando Alonso se dio maña para cortar los cinco años consecutivos de Schumacher como campeón. Al mando de un Renault, el asturiano se convirtió en el primer piloto de su país en ganar un campeonato mundial de Formula 1.
No sólo eso, un año después logró el bicampeonato e impidió que Schumacher se retirara con un titulo. En la última carrera en Brasil en 2006, el español aguantó la embestida del alemán y consiguió un cuarto puesto que fue suficiente para evitar el octavo campeonato del germano.
Hamilton, campeón en la última vuelta
2008 entregó una de las definiciones más increíbles de la historia. En la última carrera del año, que se disputaba en Sao Paulo, Brasil, al inglés Lewis Hamilton de McLaren le bastaba un quinto puesto para coronarse campeón y superar al brasileño Felipe Massa de Ferrari.
El sudamericano dominó la carrera de principio a fin sin apelación, mientras que Hamilton, que un año antes había dilapidado su chance de ganar su primer titulo también en la última prueba ante Kimi Raikkonen, deambulaba entre el cuarto y sexto lugar durante toda la prueba.
A tres giros del final, el inglés marchaba quinto, pero fue superado por el joven alemán Sebastian Vettel de Toro Rosso, con lo que el británico se quedaba sin corona. Massa arribó a la meta primero y el box de Ferrari con mecánicos y familiares del piloto se convirtió en una fiesta total, celebraban lo que hasta ese momento era el triunfo.
Pero quedaba carrera y la hazaña ocurrió. El alemán Timo Glock de Toyota, que marchaba cuarto, perdió potencia debido a la lluvia y fue sobrepasado milagrosamente, a dos curvas de la meta, por Hamilton, quien consiguió finalmente el lugar que necesitaba para gritar campeón.
Massa no lo podía creer y el británico conquistó la corona, convirtiéndose de paso en el piloto más joven en ganar el titulo del mundo.
Vettel ayudado por un ruso
La temporada 2010 fue el comienzo de la era Red Bull en la Formula 1. Los autos de la escudería austriaca fueron amplios dominadores con Sebastian Vettel y Mark Webber al mando. Sin embargo, los problemas mecánicos complicaron al equipo de las bebidas energizantes durante toda la campaña y eso lo aprovechó Fernando Alonso de Ferrari para sacar una leve ventaja de cara a la última prueba del año en Abu Dhabi.
El español superaba estrechamente a Webber y Vettel, y con un tercer puesto lograba el objetivo de su tercera corona. Pero la última carrera del año empezó mal y terminó peor para el asturiano. Él, junto a Webber, equivocaron la estrategia y quedaron relegados desde el principio, lo que aprovechó el "joven maravilla" germano para tomar la punta.
Sin embargo, para coronarse, Vettel tenía que esperar que el australiano y el español no subieran al podio. Webber quedó fuera de combate desde el principio y Alonso estuvo 30 vueltas tratando de superar al ruso Vitaly Petrov de Renault, algo que nunca pudo hacer y finalizó en un decepcionante séptimo lugar.
Así, sin rivales que lo molestaran, Vettel se llevó la victoria en Abu Dhabi y superó por cuatro puntos a Alonso y por 14 a su compañero de equipo para convertirse en el piloto más joven en ganar un campeonato del mundo.
Este domingo en Melbourne, con seis campeones del mundo, la historia volverá a escribirse y nuevas historias podrían escribirse en la máxima categoría del deporte tuerca.