SANTIAGO.- El mundo del fútbol aún no se explica cómo el FC Barcelona, el equipo que deslumbra a todos por su estilo elegante y su forma única de jugar, se quedó en tres días sin posibilidades de revalidar la Liga española y la Champions League.
Primero fue el sábado, cuando
cayó en el Camp Nou por 1-2 ante el Real Madrid. Todos pensaban que iba a derrotar al elenco de José Mourinho y que quedaría a una sola unidad de su archirrival, restando cuatro fechas para el final del torneo hispano, pero el cuadro merengue dio el golpe de gracia en Cataluña y sentenció el certamen a su favor.
Parecía sólo un accidente, pero este martes la historia se repitió.
Barcelona fue dramáticamente eliminado de la Champions League por el Chelsea inglés. Logró revertir el 0-1 de la ida en Londres y se puso 2-0 arriba en la cuenta, pero inexplicablemente y con un hombre de más, permitió que le empataran y así se quedó afuera del torneo que también defendía.
Las razones de esta debacle son diversas. Aunque es imposible predecir si éste es el fin de una de las eras más exitosas en la historia de un equipo de fútbol, éstas son algunas de las causas por las cuales el elenco "blaugrana" sufrió estos dos inesperados golpes de nocaut.
Constantes lesiones
Por razones económicas y deportivas, Barcelona apostó a una plantilla corta, la cual tiene 18 futbolistas de primer nivel y el resto se completa con canteranos salidos de la interminable "Masía" del club.
Esta decisión resultó a la perfección en los últimos años, pero no se había enfrentado a una alternativa que siempre complica a los equipos de fútbol: las lesiones.
Alexis Sánchez estuvo dos meses fuera de las canchas por una grave lesión muscular a principios de temporada.
Andrés Iniesta, Xavi Hernández, Carles Puyol y Gerard Piqué han arrastrado molestias de todo tipo y nunca han estado al 100% durante el transcurso de la temporada.
Sin embargo, los casos más graves fueron los de
David Villa, que se fracturó la tibia en diciembre y del defensor francés
Eric Abidal, quien
debió ser trasplantado de hígado. Dos fijos en el esquema de Guardiola, los cuales nunca pudieron ser reemplazados completamente.
Falta de un "9"
Desde la lesión que sufrió David Villa en diciembre jugando el Mundial de Clubes, Barcelona se quedó sin un delantero que cumpla la función de centrodelantero. El "Guaje" era el único ariete que reunía esas características y cuando se lesionó, Guardiola debió improvisar colocando a otros en funciones en las cuales no son precisamente expertos.
Entre Lionel Messi, Cesc Fábregas y Alexis Sánchez actuando como "nueve falso", el DT intentó remediar un poco esa falencia, resultando en algunos encuentros específicos en la Liga española y la Copa del Rey.
Pero cuando más contaba y no había que fallar, no funcionó. Contra defensas bien paradas y zagueros más dotados, como las que tienen Real Madrid y Chelsea, les cerraron todos los caminos a esas opciones improvisadas.
"Messidependencia"
En esta temporada y como nunca antes en la era Guardiola, Barcelona dependió casi totalmente de Lionel Messi. El delantero argentino lleva su mejor marca goleadora en esta campaña (63 tantos en 55 partidos), teniendo que cubrir la ausencia de Villa y la poca eficacia frente a la red de sus compañeros.
Pero cuando el crack argentino se apaga, el elenco "blaugrana" lo siente mucho. Como ocurrió ante Real Madrid, que no tuvo una buena tarde y el equipo no encontró respuestas para voltear la historia. Y ante los ingleses, el trasandino también perdió un penal en un momento decisivo.
El bajón de Messi en los últimos partidos también va de la mano con su cansancio. El delantero ha tenido un desgaste tremendo en la temporada: juega todos los partidos como titular y para Guardiola siempre el once titular es el rosarino y 10 más.
Durante los últimos duelos ha acusado el esfuerzo y no ha podido responder como siempre lo hace, mostrándose desganado y un poco incómodo en la cancha.
Forma de juego
El estilo de juego del Barcelona es seguido y estudiado en todos lados del mundo. Muchos elencos intentan imitarlo y lo toman como molde para sacar conclusiones. La precisión de los pases y la posesión de la pelota es alabada en todo el planeta, pero al parecer algunos rivales ya le encontraron el antídoto.
El primero que mostró el camino para vencer a este Barcelona fue José Mourinho junto al Inter de Milán en el 2010, eliminando a los catalanes en semifinales de la Champions de esa temporada. Ejerció una fuerte presión en el mediocampo en la ida y luego en la revancha, con la ventaja a favor, se encerró en su propia zona apostando al contragolpe y al error de la zaga catalana.
Lo mismo repitió este año con el Real Madrid y también lo copió Roberto di Matteo en los "blues". Una fórmula poco vistosa, pero que es efectiva para evitar que el Barcelona desarrolle su mejor versión y someta a sus rivales a una paliza futbolística.
"A veces no gana el mejor y esta vez los vencimos con nuestras armas", señalaba Fernando Torres al final del encuentro de este martes, revelando claramente que Chelsea jamás tuvo entre sus planes jugar de igual a igual con el Barcelona, una forma que claramente no resulta contra el elenco de Josep Guardiola.
Ahora viene el tiempo de las definiciones para la institución catalana. Tras jugar la final de la Copa del Rey, Guardiola va a definir su continuidad en el club, lo cual es fundamental para determinar si este ciclo va a seguir por la misma senda o se dará término a una de las épocas más exitosas en la historia del fútbol.