SANTIAGO.- En un partido de infarto, digno de una final de la Champions League, Chelsea derrotó al Bayern Munich por 4-3 en penales tras igualar a un tanto en los 120 minutos de juego, coronándose monarca de Europa.
Desde el primer minuto, el Bayern se plantó en el campo con la intención de atacar a su rival, fue así como poco a poco, el cuadro londinense comenzó a mostrar la misma cara con la que eliminó al Barcelona en las semifinales: Defender prácticamente con todos los jugadores y esperar los espacios para intentar un contragolpe.
Sin embargo, los pupilos de Jupp Heynckes poco les importó la actitud del Chelsea, porque de todas formas se generaron varias ocasiones de anotar.
En el minuto 13, los alemanes tuvieron la primera opción de abrir el marcador, cuando el francés, Frank Ribéry logró sacar un centro desde el lado izquierdo para que Mario Gómez conectara de cabeza desviando el balón.
Desde ahí en más, todo el dominio fue para el elenco bávaro. La presión insistente del Bayern Munich no cesó. Fue así como de la mano de Ribéry, Müller, Robben y Gómez seguían generando oportunidades de anotar, pero la impericia y los buenos reflejos del portero Cech mantenían el marcador igualado.
La única ocasión que tuvieron los pupilos del Roberto di Matteo fue a los 37 minutos cuando Salomón Kalou entró sin marca por el lado derecho, pero el meta Neuer respondió de forma sólida.
Ya en la segunda fracción, la tónica no fue muy distinta. Los dueños de casa siguieron presionando por todos los sectores a la poblada defensa del Chelsea, que por momentos defendió con nueve jugadores.
A pesar de ello, el cuadro londinense se atrevió a adelantar sus líneas por algunos minutos, pero su intentó no prosperó. De ahí en más la presión que ejerció el Bayern generó varias ocasiones de gol en los pies del delantero Thomas Müller, quien se transformó en la gran figura del partido.
Precisamente, el propio Müller se convertía en héroe a los 82 minutos cuando una pierna inspirada de Ribéry sacó un centro a la cabeza del goleador que en el vértice del área chica cabeceó hacia abajo dejando sin oportunidad al meta Cech quien mordía la impotencia por la conquista del delantero del Bayern.
Hasta ahí los jugadores del Bayern y los hinchas que llegaron al estadio Allianz Arena celebraban la quinta copa en su historia, pero todo se complicaría.
En una de las pocos ataques del Chelsea, Didier Drogba hizo explotar a los forofos del los ingleses cuando conectó un cabezazo de forma impresionando para clavar la pelota en el ángulo del meta Neuer.
La emocionante final de la Champions se tuvo que ir al alargue, donde el partido fue no apto para cardiacos, sobretodo en el minuto 92 cuando el juez del partido cobró una infantil falta de Drogba sobre Ribéry en plena área decretando penal para los alemanes.
Todos celebraban menos el meta del Chelsea, Petr Cech, quien adivinó el lanzamiento de Robben impidiendo que los del Bayern celebraran.
Los equipos dieron todo durante los minutos, con jugadores acalambrados resistieron hasta el minuto 120 cuando el árbitro mandó toda la definición mediante los penales.
Ya desde los doce pasos, la tensión no paró, Juan Mata erró su lanzamiento provocando la celebración de los alemanes, pero Olic y Schweinsteiger no pudieron anotar sus respectivos lanzamientos dejando todo en manos del héroe de la jornada, Didier Drogba, quien con cabeza fría anotó su disparo desatando la euforia de sus compañeros y de paso dándole la primera Champions al Chelsea.