Martin Lasarte, en su época en la Real Sociedad.
EFESANTIAGO.- El uruguayo Martín Lasarte, quien asoma como el futuro director técnico de la Universidad Católica, tiene un interesante historial como jugador y entrenador.
Como futbolista, el ex lateral charrúa se llenó de gloria vistiendo la camiseta del Club Nacional de Football, uno de los dos más grandes del fútbol oriental.
En 1988 se coronó campeón de la Copa Libertadores, tras derrotar a Newell's Old Boys en la final. En ese mismo año, conquistó en Japón la Copa Intercontinental, ante el PSV Eindhoven de Holanda.
Una temporada más tarde, defendiendo al "bolso" obtuvo la Copa Interamericana y la Recopa Sudamericana.
Entrenador laureado
Mientras tanto, como entrenador también luce algunas coronas destacadas. El 2004 logró el ascenso y el campeonato de Segunda División uruguayo con River Plate de Montevideo. Eso le valió el pase a Nacional y al año siguiente logró el título de Primera División.
En el 2006 vuelve a conquistar un campeonato con el elenco "tricolor" y luego dirigió a Millonarios de Colombia y Danubio de Uruguay.
Luego arribó a España para entrenar a la Real Sociedad de Claudio Bravo, escuadra con la que logró el ascenso a Primera División en la campaña 2009/10 y un año más tarde la ayudó a mantener la categoría en el 2010/11.
Desde esa experiencia en el fútbol español no ha vuelto a entrenar a ningún club.
Su sistema
En sus comienzos en Uruguay, Lasarte jugaba con el clásico 4-4-2, el cual le resultó en River Plate y Nacional.
Pero en su arribo a España modificó un par de piezas y aplicó el sistema más típico del fútbol hispano: el 4-2-3-1.
Este consta de un sólo referente de área, ayudado por dos hombres para las bandas más un mediocampista suelto por el centro para atacar.
Algunos conocidos que dirigió
En Danubio dirigió a dos futbolistas que actúan en el fútbol chileno. Se trata de Matías Omar Pérez, a quien volvería a entrenar en la UC. Además, el arquero de ese plantel era Esteban Conde, que hoy es el tercer meta de Universidad de Chile.
Mientras que en España condujo a Claudio Bravo en la Real Sociedad por dos años y aunque en la campaña del ascenso a Primera, el chileno estuvo en los duelos decisivos por lesión, siempre fue el titular y referente del pórtico donostiarra.