Dejaron todo en la cancha, pero no pudieron.
José Alvújar, El Mercurio
SANTIAGO.- "Tenemos que hacer un partido perfecto", había dicho el capitán de la U, José Rojas, en la previa del duelo de este jueves ante Boca por la semifinal de la Copa Libertadores, tras caer 2-0 en la ida.
Y a pesar que lo tenían claro en sus carpetas, les faltó para alcanzarlo. Y más que la virtuosidad del juego azul, se encontraron ante un cuadro argentino con experiencia, conocedor de sus ventajas y que hizo su juego, amarrando un 0-0 como visita en el Nacional que los dejó en la final de la Copa Libertadores de América.
Ese partido perfecto del que hablaba Rojas no apareció por diferentes factores. Comenzando desde la banca, con un Sampaoli que equivocó el camino con el ingreso de Francisco Castro desde el primer minuto. Tanto así que lo sacó en el entretiempo. Ahí entró Sebastián Ubilla que provocó más desequilibrio por la derecha.
A esto se suma que muchos niveles individuales en el conjunto laico estuvieron en ambos duelos lejos de su pasado. A enumerar: Matías Rodríguez, Osvaldo González, Charles Aránguiz y Junior Fernandes.
Cuatro jugadores que son demasiado importantes en el trabajo universitario. Quizás el cansancio, tal vez el ahogo de Boca, puede ser. Pero estuvieron lejos de lo que mostraron en los anteriores partidos.
¿Y el cansancio? También es factor. Esa chispa a la que acostumbraba el equipo de Sampaoli estuvo lejos de aparecer. Terminaron corriendo, sí, pero con más ímpetu que ideas. Aunque es valorable la forma en que terminó buscando hasta último minuto y con esa idea siempre de ir en busca del arco rival.
Lo mejor de la U estuvo en los pies de Marcelo Díaz. Fue el que más preocupó al portero Orión con lanzamientos de media distancia. Eso habla de lo alejado que estuvieron los atacantes azules. El seleccionado chileno tuvo incluso un balón en el palo después de un tiro libre.
Pero el rival también tuvo lo suyo. Mouche enfrentó dos veces mano a mano a Herrera y Riquelme estrelló el esférico en el horizontal.
No pudo la U. Hizo el esfuerzo, pero no le alcanzó. Le faltó para matar a un rival con experiencia y que se aferra a su esquema, práctico, sin muchos lucimientos, pero que les funciona. Bien parados atrás, esperando el click de Riquelme o de los delanteros.
La final no está para la Universidad de Chile. Por cuarta vez se queda en semifinales y ahora sólo le queda pensar en el duelo del domingo ante Colo Colo por los playoffs del Apertura chileno. También debe remontar un 2-0 en contra.
A pesar de todo, el equipo de Sampaoli se fue entre aplausos de Ñuñoa. Hizo una buena Libertadores y el llanto de algunos jugadores dice de su vergüenza deportiva.
