SANTIAGO.- Universidad de Chile vio como su sueño de alcanzar por primera vez la final de la Copa Libertadores se esfumó este jueves al
quedar eliminados en semifinales del torneo ante Boca Juniors.
Los azules completaron una gran faena en el certamen continental, con un juego sólido y de alto nivel, pero que no pudieron demostrar en la llave ante el elenco de Julio César Falcioni, que supo explotar todas las debilidades de la U para quedarse con la eliminatoria.
Estos son algunos de los factores por los cuales el elenco de Jorge Sampaoli se quedó a las puertas de la definición del máximo trofeo continental.
Cansancio mental y físico
En el momento decisivo de la Copa, la U no se encontraba en su mejor momento mental y físico para enfrentar los duelos ante Boca Juniors, dos de las claves de su enorme momento.
Las grandes fortalezas del elenco de Jorge Sampaoli no se vieron en esta llave debido al desgaste de hombres claves como Matías Rodríguez, Osvaldo González, José Rojas, Eugenio Mena, Charles Aránguiz y Marcelo Díaz, quienes bajaron ostensiblemente su nivel en los últimos encuentros, tras ser convocados para los encuentros de las Clasificatorias sudamericanas.
La U jamás estuvo lúcida dentro de la cancha para voltear la historia y terminó jugando con más empuje que fútbol, lo que pocas veces ocurrió en la era del casildense en la banca azul.
Falta de experiencia
Para algunos jugadores esta era su primera incursión internacional de peso. Si bien, el gran grueso del plantel es el mismo de la Copa Sudamericana, algunos sintieron la responsabilidad de estos dos pleitos.
Los dos casos más emblemáticos son los de Junior Fernandes y Ángelo Henríquez, puntales de la campaña en la Libertadores, pero que bajaron su nivel ante Boca Juniors, siendo los encargados de llevar a la red las cargas del "Romántico Viajero".
Fernandes jugaba su primer torneo continental y de inmediato se ganó un puesto por su velocidad, explosión y habilidad. Sin embargo, la inexperiencia en estas instancias le pasó la cuenta y no apareció ante los de Falcioni.
Lo mismo ocurrió con Henríquez, que a sus 18 años es la aparición más notable del fútbol chileno en los últimos años. Debutó ante Godoy Cruz con un gol y desde entonces no salió más. Pero en los dos encuentros ante Boca no pudo con la recia marca de los experimentados zagueros argentinos y sucumbió ante la presión de la responsabilidad.
Lesiones claves
Universidad de Chile pagó el precio de tener un equipo con pocas alternativas válidas para enfrentar dos torneos al mismo tiempo: Torneo de Apertura y Copa Libertadores, notándose en las lesiones que sufrió.
El caso más emblemático es el del ecuatoriano Eduardo Morante, que llegó para reemplazar a Marcos González, pero las lesiones musculares lo dejaron prácticamente fuera de todo el semestre y Sampaoli tuvo que improvisar en ese puesto a Albert Acevedo y José Rojas.
En la parte final sufrió las lesiones de Albert Acevedo (titular como líbero y sin recambio), además de Gustavo Lorenzetti (el nexo entre volantes y delanteros) y el juvenil Sebastián Martínez (quien tenía toda la confianza de Sampaoli).
Sumado a eso, José Rojas, Matías Rodríguez y Osvaldo González jugaron visiblemente disminuidos debido a diversas molestias. Incluso, estos dos últimos podrían estar ausentes por un buen tiempo.
Plantel corto
Sampaoli nunca encontró respuestas válidas para cambiar la historia ante Boca. Con la ausencia de Acevedo, jugó prácticamente con dos defensas, porque no tenía más y se expuso a los contragolpes de Boca.
Para reemplazar a Lorenzetti ocupó a Francisco Castro, desechado por bajo rendimiento en esta temporada, quien no resultó y terminó utilizando al recién llegado Sebastián Ubilla, quien todavía no asimila completamente la forma de juego del equipo.
Además, no quiso hacer mayores cambios ya que ha postergado a algunos hombres que no le dieron resultado como Emilio Hernández, Luis Felipe Gallegos o Pedro Morales, quienes ni siquiera estuvieron en la banca en el encuentro de anoche.
Refuerzos que no fueron
Otro factor decisivo es que la mayoría de los nuevos jugadores que arribaron al club no lograron ganar la confianza de Sampaoli. Salvo Junior Fernandes, ninguno fue titular y muy pocos se transformaron en alternativas válidas para el DT azul.
Roberto Cereceda y Raúl Ruidíaz fueron los otros que tuvieron muchos minutos, pero ninguno se transformó en insustituible y el caso del peruano es aún peor, ya que siempre ingresaba en los últimos minutos de los segundos tiempos, ya que el entrenador consideraba que nunca se adaptó al esquema de juego.
Por otro lado, Emilio Hernández y Pedro Morales parecían consolidarse a mediados de la campaña, pero el primero se autodestruyó con repetidas expulsiones y el segundo tuvo un rendimiento muy irregular, quedando postergado rápidamente por el argentino.
Finalmente, Eduardo Morante da para un caso aparte. Llegó como figura internacional y por más de US$2 millones, pero no jugó un sólo minuto en la Libertadores por las lesiones. Mientras que Paulo Garcés, el último de los siete nuevos jugadores en este semestre, fue el eterno suplente de Johnny Herrera y sólo jugó un partido en el Apertura.
Son los factores que provocaron la eliminación en la Libertadores, pero que este fin de semana volverán a ser puestos a prueba, en la semifinal de revancha ante Colo Colo en el Torneo de Apertura.