BERLÍN.- El ex director de medios y ex funcionario de la FIFA, Markus Siegler, lanzó un nuevo ataque contra el presidente del ente rector del fútbol mundial, Joseph Blatter, al que acusa de conocer la existencia de sobornos.
Afirma que Blatter conocía el pago de sobornos de la empresa de marketing ISMM/ISL en 1997 al entonces jefe de la FIFA, Joao Havelange.
Blatter tenía conocimiento al "100 por ciento" del millón de dólares que erróneamente el brasileño transfirió a una cuenta de la FIFA, dijo Siegler el domingo al segundo canal de la televisión alemana (ZDF).
En los documentos publicados sobre los pagos de ISMM/ISL se confirma que fluyeron millones hacia el entonces presidente la FIFA y hacia su compatriota Ricardo Teixeira, ex máximo dirigente de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF).
"No sé nada de que haya otras personas implicadas", dijo Blatter la semana pasada durante una sesión del comité ejecutivo del ente en Zúrich.
Según Siegler, que dejó su cargo en la FIFA en septiembre de 2007, Blatter tuvo que haber sabido de la existencia de esos movimientos de dinero. "No es posible que él no supiera o no sepa mucho. Incluso hoy en día no se clava un clavo en la pared sin que lo sepa Blatter", subrayó Siegler.
Para el presidente del poderoso Bayern Múnich, Uli Hness, una cosa está clara: la FIFA sólo abandonará los titulares negativos si prescinde de Blatter. "El futuro sólo puede tener lugar sin él", dijo el domingo a la emisora de televisión Sky.
Hness subrayó que su crítica no debía entenderse como una afrenta a los encargados de la lucha anticorrupción Mark Pieth y Hans-Joachim Eckert. Sin embargo, cree que los dos funcionarios no dispusieron de las "informaciones necesarias".
Siegler señaló que le irritaba el hecho de que Blatter se presente ahora como un reformista. "Pero todo lo que hizo no fue de modo voluntario. En todos estos años hizo únicamenze todo lo que tuvo que hacer sin debilitar su posición".
Blatter basa su proyecto de reforma en la creación la pasada semana una comisión ética bicameral dirigida por el estadounidense Michael Garcia como fiscal y el alemán Hans-Joachim Eckert como juez.