AUSTIN.- Un puñado de pobres rancheros, tractores cubiertos de polvo y un par de vacas salpican el triste paisaje en torno al nuevo "Circuit of the Americas": el Gran Premio de Fórmula 1 de Estados Unidos en Austin debutará sin glamour.
En cambio, los pilotos se muestran entusiasmados con el recorrido, construido a las puertas de la ciudad texana, incluso antes de haber rodado las primeras vueltas.
"Este podría ser el circuito que la Fórmula 1 moderna considere por fin como 'su casa' en Estados Unidos", señaló el británico Lewis Hamilton.
La pista de 5,516 kilómetros, obra del arquitecto alemán Hermann Tilke, reduce la Fórmula 1 al puro deporte. Sin puerto de yates como en Valencia y Mónaco, sin parque de atracciones como en Suzuka y sin llamativos rascacielos como en la noche de Singapur.
En vez del glamour, a los pilotos les aguardan 20 curvas con altas garantías de diversión.
"Estoy impaciente por que llegue el viernes para correr en el Circuito de las Américas" dijo el piloto de Mercedes Nico Rosberg.
Se trabajó febrilmente hasta el último minuto en el circuito debido a la suspensión de los trabajos durante tres meses en 2011 y a las preocupaciones sobre la financiación de un proyecto de unos 400 millones de dólares.
Pero el recorrido finalmente se terminó y la Federación Internacional de Automovilismo (FIA) dio su visto bueno. El recorrido es "épico", según dijo Jenson Button después de realizar pruebas en el simulador.
Sobre todo, la empinada rampa antes de la primera curva dará mucho espectáculo. Los pilotos deberán prepararse para diferencias de velocidad extremas en una pista muy ondulada. "Prácticamente tiene de todo un poco", dijo el piloto de Force India Nico Hlkenberg.
Para los ingenieros, el debut de un circuito es un "notable desafío", señaló el jefe del equipo Mercedes, Ross Brawn.
"El equipo ha recorrido la pista más de cinco veces en el simulador a fin de poder valorar las diferencias de altura y las fuerzas G", explicó el británico.
La estrella de las "flechas de plata", Michael Schumacher, tampoco oculta su satisfacción. "Mi mujer y yo somos admiradores de Estados Unidos desde hace años y también de Texas. Por ello, me ilusiona especialmente la carrera en Austin", dijo el heptacampeón mundial, que vivirá su último estreno de un circuito antes de poner fin a su carrera.
El evento agotó las entradas para 120.000 espectadores. Los hoteles de la región casi duplicaron los precios de las habitaciones y los organizadores locales confían en un "boom" permanente para el trazado. "Es estupendo que viajemos de nuevo a Estados Unidos", celebró el líder del Mundial, el alemán Sebastian Vettel.