Uno de los momentos complicados de la final.
AFPEl árbitro chileno Enrique Osses resolvió la conclusión del encuentro antes del comienzo del segundo tiempo y ahora el club argentino tiene dos días para presentar una protesta.
"La AFA no puede protestar o presentar una nota a la Conmebol. Sí acompañar, y lo vamos a hacer, siempre en todo lo que tiene que ver con el fútbol argentino, ya sean clubes o jugadores, pero en este caso la decisión final la tiene la Conmebol", agregó el dirigente.
Julio Grondona, presidente de la AFA, se encuentra en Japón, donde se disputa el Mundial de Clubes.
En cuanto a lo sucedido en Morumbí, Silva aclaró que es necesario "separar lo que es la violencia de lo que ocurrió en el vestuario".
"Es una constante la violencia y las agresiones que sufren los equipos argentinos cuando juegan en San Pablo. Siempre pasa lo mismo y no cambia. Hay que ver cuál es la documentación o los testigos que Tigre presenta, porque son los únicos que saben la verdad, ya que todo ocurrió en los vestuarioa", dijo.
Luis Segura, vicepresidente primero de AFA y presidente del Argentinos Juniors, comentó: "El partido no lo vi, pero si los sucesos son como los relató el periodismo y la gente de Tigre, estamos frente a una locura".
"Este es un asunto serio, que lo vamos a tener que analizar en la última reunión del año del Comité Ejecutivo (el miércoles próximo). Seguramente tendrá que aparecer el informe de los observadores antes de la sanción que disponga la Conmebol", indicó.
Néstor Gorosito, entrenador del Tigre, afirmó al regresar a Buenos Aires que "nunca" vivió algo parecido a lo que ocurrió e el Morumbí y que "hay filmaciones" de los incidentes.
"Nunca viví algo así. El uruguayo Eugenio Figueredo (secretario de la Conmebol) vio la sangre, el cuarto árbitro también vio todo. Se filmó lo que estaba pasando y no hicieron nada", dijo el técnico bonaerense.
"Les pegaron a los jugadores. A Damián Albil (portero) le apuntaron con un arma. Algunos estaban con contusiones, otros cortados, una situación que yo nunca viví", insistió el técnico.
Los jugadores del Tigre se quedaron "a la buena de Dios" en el vestuario, afirmó el centrocampista Martín Galmarini.
"Creo que tomamos la decisión correcta de no salir a jugar el segundo tiempo. Teníamos la sensación de que podía pasar cualquier cosa. Nos sentíamos a la buena de Dios. Una cosa es un palazo, pero otra es cuando ya sacan un arma. Estaba todo orquestado", dijo el futbolista.
Galmarini expresó: "No me quiero imaginar qué hubiese pasado si marcábamos un gol", mientras que el defensa Mariano Echeverría reconoció que tanto los jugadores, como sus familias y los hinchas lo pasaron "mal" en Brasil.
"Volaban maderas, no sabíamos qu