SANTIAGO.-Hace unas semanas Facundo Langbehn ganó un torneo de escalada en las Catedrales de Mármol, en la XI región. En la ocasión, trepó sin arnés, sin cuerda, sin nada. Sólo sus manos, un poco de carbonato de magnesio y un buen equilibrio, técnica y físico. "Está forma de escalar se llama psicobloc y la caída es al agua", cuenta el joven de 18 años.
Uno de los grandes exponentes de esta disciplina, el español Eneko Pou, alabó al santiaguino al señalar que es "uno de los escaladores más prometedores que hemos visto. Su nivel es muy alto a pesar de ser tan joven".
Facundo cuenta a Emol, que ser elogiado por Pou es algo que lo motiva a seguir por el mismo camino, más todavía si el torneo en las Catedrales de Mármol se ganaba por decisión de los mismo escaladores que participaron con él.
"Los 20 metros que subí fueron impresionantes, aparte del frío que hacía. Imagina que nadie más llegó. Fui el único", dice Facundo.
Sin embargo, dedicarse a esto lo ha llevado a echar de menos a amigos y tiempos para divertirse. "Lo bueno es que mi familia es una de escaladores. Yo vivo con mi mamá, su pareja y mi hermana, que también compite. Si no fuera por ellos, creo que no estaría aquí".
Aunque igual le gustaría hacer otras cosas, no se arrepiente de escalar. Desde niño comenzó con este deporte. A los 4 años, Facundo, vio como su madre, Laura Ferro, practicaba en grandes murallas con un fin que en ese momento no tenía mucho sentido para él. La regularidad de su madre al ir casi todos los fines de semanas a diferentes lugares para trepar, llamó la atención de Facundo y, como todo niño curioso, empezó a imitar lo que ella hacía. "Mi mamá se emparejó con Sergio Quiroga, quien hoy es mi entrenador y fue quien me motivo a estar más metido en esto".
A los 6 años ingresó al Circuito Escolar de Escala que disputan varios colegios de la regiones Metropolitana y la Quinta. En ellos fue desarrollando sus habilidades, hasta que a los 14 viajó por primera vez a Europa donde compitió en la Copa Mundial de Escalada Juvenil en Francia. En aquella ocasión ocupó el lugar 15°. De ahí en más participó en torneos tanto juveniles como de adultos.
"Hace un año, más o menos, mientras trepaba caí quebrándome dos vértebras. Podría haber estado varios meses, pero por suerte mía sólo estuve dos y volví a hacer lo que me gusta: escalar", recordó.
En el Panamericano Juvenil, que se hizo en Santiago, Facundo ganó en la disciplina Bulder, (parecida a la que hizo en las Catedrales de Mármol, la diferencia que cae en colchones) y segundo lugar en ruta, la cual es mucho más deportiva ya que se practica con arnés y cuerdas.
Dio la PSU igual que todo joven de su edad, pero congeló sus estudios para comenzar a profesionalizar su carrera. "El 15 de enero, parto a EE.UU a entrenar y me quedo hasta junio, cuando vuelvo a Chile".
Después de dos semanas en el país, partirá a representar a Chile al Viejo Continente donde se disputa el Tour Mundial de Escalada. "Me gusta lo que hago. Quiero ser el mejor en cualquier disciplina", confesó.
Estudiar antes le complicaba porque debía compensarlos con el deporte. Ahora que terminó el colegio, le dedicará el tiempo que quiere. "Es así mi vida y me gusta", finalizó.