SANTIAGO.- La carrera tenística del estadounidense Mardy Fish estaba en el mejor momento hasta marzo del 2012, cuando el jugador que disputó la final de los Juegos Olímpicos de Atenas 2004, ante el chileno Nicolás Massú, estaba dentro del Top 10 y era animador constante de los torneos principales del ATP World Tour.
El norteamericano, que se hizo conocido en nuestro país por ese épico e increíble partido ante el viñamarino en la final olímpica de singles y que lo convirtió en héroe nacional al entregarle dos medallas de oro, logró notoriedad en el circuito y se mantuvo más tiempo en la elite a diferencia de Massú.
En esa "batalla", Fish iba dos sets a uno ante un cansado jugador criollo, que había disputado la final de dobles la noche anterior y se encontraba exhausto. Sin embargo, reaccionó de la nada en los últimos dos parciales y terminó ganando el match en cinco dramáticos sets.
Incluso, Fish dijo bromeando que no quería escuchar nunca más el "Ceachei" que gritaban los hinchas nacionales en el pleito en el Centro de Tenis de la capital ateniense.
Luego de ese pleito, la carrera del estadounidense fue en ascenso e incluso alcanzó el Top 10 en 2010, pero de repente su tranquilidad se terminó. El tenista sufrió un problema al corazón en el torneo de Miami del año pasado y todo cambió en su vida. Se perdió gran parte de la temporada anterior y el inicio de la actual por este inconveniente.
"Esto siempre va a ser una parte de mí", dijo Fish al diario USA Today, en la previa de su retorno oficial al circuito en el Masters 1000 de Indian Wells que comienza este jueves.
"Esa fue una de las grandes cosas que he tenido que pasar por mi mente", declaró el oriundo de Minnesota, que volvió a las canchas en una exhibición en Los Angeles junto al número uno del planeta Novak Djokovic, lo que calificó como "una gran prueba para asegurarme internamente como externamente de mi estado".
El calvario
El problema coronario se le presentó a Fish en un partido de Copa Davis en febrero de 2012 y reapareció con fuerza en Miami, tras caer en cuartos de final ante el argentino Juan Mónaco.
Esa vez, el tenista se despertó en medio de la noche con el corazón acelerado. No podía conseguir que se detuviera e incluso temió que estaba teniendo un ataque al corazón.
"Yo estaba totalmente en pánico y pensé que iba a morir", contó. Los médicos que lo atendieron lograron detectar el problema que tenía y lo operaron en mayo para resolver la arritmia que lo afectaba.
Sin embargo, ese dramático momento provocó todo tipo de especulaciones en la mente del jugador, que comenzó a sentir miedo por cualquier cosa cotidiana.
Fish reveló que no le gustaba viajar, no podía dormir solo y que iba para todos lados con un pequeño aparto que manejaba sus palpitaciones, que lo hacía sentirse seguro de que no le iba a pasar nada raro.
Retornó a las pistas tras Roland Garros en junio, pero en el US Open los fantasmas volvieron. Se retiró en octavos de final del US Open cuando debía enfrentar a Roger Federer y desde entonces no volvió a pisar una cancha de tenis.
Tras eso, confesó que pasó el otoño estadounidense escondido en su casa, visitando diversos psicólogos deportivos y psiquiatras, para determinar que iba a pasar con su futuro.
"Me tomó muchos meses para volver a la normalidad, para tomar una copa de vino en la cena, ir al cine con mi esposa, muchas cosas que haces fuera de la cancha. Fui capaz de hacer cosas normales, las cuales no podía hacer por mucho tiempo debido al miedo que tenía", declaró.
"Esto es lo más difícil que me ha tocado vivir en mi vida. En mi cabeza pensé en retirarme más de 15 veces, incluso después de los tres o cuatro meses recientes después del US Open estaba seguro de eso", agregó.
El regreso
Hoy Fish es el 32 del mundo y regresará a las canchas en Indian Wells, sin saber nada de lo que va a pasar, en la más completa incertidumbre de un circuito donde debe realizar numerosos viajes alrededor del mundo.
La buena noticia es que se pudo recuperar de una lesión en un antebrazo, la que lo molestó durante los últimos años, en el cual se convirtió en Top 10 (fue 7° en 2011) y jugó el torneo de Maestros en esa temporada.
"No sé cómo voy a responder. Eso va a ser la parte más difícil, pero no lo voy a saber hasta que salga a jugar y entrar en esas situaciones incómodas", respondió.
"Es una especie de miedo a lo desconocido, aún así no siento que tengo nada que demostrar en mi cabeza y me siento como si tuviera años por jugar en el futuro", concluyó.
Una historia difícil del hombre que vio como Nicolás Massú se coronaba campeón olímpico en Atenas 2004 y que a sus 31 años aún sueña con seguir compitiendo al más alto nivel del tenis de la ATP.