David Alarcón, El Mercurio
SANTIAGO.- El portero de Colo Colo, Eduardo Lobos, vivió un complicado momento esta tarde tras percatarse de que el celular que había adquirido hace un tiempo al parecer era robado.
A raíz de esto, este miércoles en su tiempo libre entre los entrenamientos de la mañana y la tarde, el jugador se dirigió voluntariamente hasta la Brigada Criminalística de Ñuñoa para explicarle a los efectivos policiales que estaba recibiendo constantes llamadas, por lo que sospechaba que el equipo había sido usurpado.
Fuentes ligadas al caso señalaron a Emol que la PDI llevaba a cabo una investigación respecto de un sujeto que vendía celulares robados a varios miembros del cuado albo, sin que estos estuvieran en conocimiento de que los aparatos habían sido sustraídos.
En el marco de esta investigación, Lobos se enteró que el sujeto al que le compró el teléfono móvil robaba los artículos, por lo que se apersonó en la Bicrim de Ñuñoa donde declaró de manera voluntaria que él había comprado el celular.
A raíz de esto, se le incautó el aparato y quedó citado a declarar a la Fiscalía de la citada comuna.
Juan Gutiérrez también pasó por lo mismo
Pero Eduardo Lobos no es el único que se ha visto involucrado en un hecho como este. La semana pasada fue el turno del gerente deportivo Juan Gutiérrez, quien también se presentó ante la PDI por la sospecha de que su teléfono era robado.
"La semana pasada me llaman de la PDI porque supuestamente mi teléfono era robado. Lo compré hace 9 meses a una persona conocida, que trabaja en esto, nunca vi una ilegalidad. Yo fui estafado, esta persona igual y nosotros participamos en la investigación prestando detalles, devolviendo el teléfono y declarando", sostuvo el directivo a Mega.
Gutiérrez agregó que "hablé con un director (de Blanco & Negro), le expliqué y me dijo que mejor dé la cara y explique todo para evitar otros rumores. No he estado preso, ni sabía que era un objeto robado".